Capítulo: 20.

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Golpeo la pantalla de mi celular encendiendolo en cada momento y es que le suplique a SeokJin que me enviara mensajes seguidamente para saber cómo se encuentra, después del extraño paquete me quedé muy preocupado pero aunque en ese momento él se veía muy asustado, una vez se calmo se veía muy sereno respecto al tema.

—Deja de enviarle mensajes a SeokJin hyung o se hartará de ti— bromea Gi sentándose a mi lado.

Finalmente guardo mi celular rascando mi nuca. —Estoy preocupado, ayer recibió un paquete que no eran más que fotografías de él  mismo pero todas estaban rotas.

—¿Enserio?— pregunta frunciendo el ceño. —Solo una persona totalmente loca haría algo así.

—Pienso que quizás un acosador, las fotos fueron tomadas sin que él se diera cuenta— aterrado pienso en esa persona que debe estar siguiéndolo por todas partes. —Me da miedo pensar en el peligro que corre...

Yoongi coloca su mano sobre mi hombro. —Yo pienso que debe ser una persona que está celosa, y quiere a hyung fuera del camino.

—¿Qué?— pregunto confundido pero de pronto todo hace click en mi cabeza. —¿Quieres decir...Yein?

—¿Quién más?— Gi eleva las cejas totalmente seguro de lo que dice.

A penas nuestras clases acaban corro hacia el aula de Yein pero me sorprendo cuando ella se encuentra siendo molestada por unas compañeras, una de ellas la tiene por el cuello del uniforme.

—El profesor viene hacia acá.

Todas voltean a verme, y la chica suelta a Yein tomando su mochila pero justo cuando pasa a mi lado se detiene. —No deberías defender a una loca como ella— masculla.

Cuando nos quedamos solos, Yein se acerca rápidamente hacia mi dejando caer su rostro en mi pecho. —Gracias.. esas chicas se la pasan molestandome porque me ven indefensa.

—¿O porque les hiciste algo?— le pregunto alejándola por los hombros.

Inmediatamente su expresión cambia y hecha su cabello hacia atrás. —Me defendiste porque aún me quieres, no puedes negarlo.

—No te defendí— le corrijo. —Quería hablar contigo y con ellas aquí no podía hacerlo.

Yein rueda los ojos tomando su mochila. —Si no has venido a pedirme perdón entonces no tenemos nada de que hablar.

—¿Eres tú, cierto?— la detengo cuando intenta irse. —Tú enviaste ese paquete a SeokJin.

Ella voltea a verme y se encoge de hombros. —Por supuesto, ese chico te está haciendo creer cosas que no eres. Te estoy ayudando a alejarlo de ti.

—¡Estás enferma!— exclamo al oírla admitir lo que hizo. —No te acerques a SeokJin, y tampoco te atrevas a enviar tus amenazas de nuevo.

—¿Ese chico te pidió que me digas esto?— me pregunta cruzandose de brazos.

Me acerco tomándola por los hombros y bruscamente la empujo hacia la pared haciendo que su espalda se golpee y su mochila cae al suelo, sus manos se aferran a mis brazos intentando alejarse pero clavo mis dedos sobre su piel.

—Aléjate de él, no diré nada más— le ordeno apretando la mandíbula.

Yein traga en seco y la suelto mirándola con desdén para luego marcharme de ahí, jamás había usado ningún tipo de violencia contra ella pero no dejaré que lastime de nuevo a mi chico de sweater amarillo.





Me acomodo mi uniforme esperando a SeokJin en la entrada de su universidad, cuando lo veo salir una sonrisa inmediata aparece en mi rostro que se borra de inmediato cuando veo que a su lado viene SeHun.

¿Qué hace él aquí?

—¡Taehyung...!— exclama SeokJin al verme y corre hasta mí con esa bonita y sincera sonrisa.

SeHun hace una mueca pero se mantiene mirándonos fijamente.

—Él... Recibió cartas que según yo le mandé— murmura cabizbajo. —En ellas le pido volver conmigo...

Suspiro cansado, ¿Cómo es que Yein estaba tan enterada de toda la situación?. —No te preocupes, ya no volverán a molestarte. Yo siempre estaré protegiendote, ¿de acuerdo?

SeokJin se sonroja y busca mi mano, sorprendido ante ello le correspondo con timidez, no llevamos aún el título que quiero para nuestra relación, pero hacer estas cosas como tomarnos de las manos, simplemente nuestro cuerpo nos lo pide a gritos hacerlas.

Sin importar quién o quienes estén presenciandonos.

El chico del sweater amarillo| TAEJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora