XXI Nico

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Nico sabía que el momento había llegado. Cruzando esa puerta encontraría al chico que habían estado buscando todo ese tiempo. ¿Qué pasaría una vez que entraran? Sólo había una manera de descubrirlo.

Bryan caminó frente a ellos para abrir la puerta, y una vez dentro, los cuatro semidioses armados comenzaron a recorrer la habitación con la vista en busca de aquél chico.

Ahí estaba él, sentado en la cama, observándolos sorprendido. El chico tenía aproximadamente quince años, era delgado y tenía cabello negro peinado hacia un lado. Llevaba ropa extraña. Vieja, diría Nico. Y lo más distintivo en él era el pálido color de su piel. Nico estaba seguro que ni siquiera él se había visto tan pálido en su vida. El chico trató de levantarse, pero las sábanas se le enredaron en las piernas y cayó al suelo. "¡Oh mierda!" gritó él. Se levantó del suelo y comenzó a buscar una salida. Su único problema era que la única salida estaba siendo bloqueada por cuatro semidioses completamente armados.

"No tienes escapatoria," le dijo Bryan mientras sostenía su espada. Se veía bastante molesto, y siendo hijo de Ares, molestarlo no era algo muy sabio. "Date por vencido de una vez y ahórranos la molestia de atraparte."

"No puedo, lo siento." El chico tomó una espada de debajo de las sábanas y saltó de la cama hacia un lado. Intentó atacar a Reyna. Grave error.

Reyna lo pateó en el pecho, haciéndolo caer de espaldas, y luego puso un pie sobre él para no dejarlo escapar. "Pues eso fue fácil," mencionó ella mientras sostenía su espada contra la garganta del chico.

"Bien hecho, Reyna." Nico se acercó a él mientras Bryan confiscaba su espada y Will lo ataba con unas esposas que él había sacado de su mochila.

Reyna obligó al chico a levantarse. "¿Aprendiste la lección? Los muertos no pueden contra Reyna. Mucho menos si se hacen pasar por legionarios vivos."

"¡Esperen! ¡Por favor!" el chico suplicó. "¡Ustedes no entienden!"

"Lo que yo entiendo," le dijo Nico, "es que tú burlaste a mi padre para poder escapar del inframundo. ¿O me equivoco?"

"¡Sí! Bueno... ¡No!" el chico suspiró y agachó la cabeza. "Sí, escapé del inframundo. ¡Pero tengo una buena razón!"

"Perteneces con los muertos," le dijo Nico. "Ninguna razón es lo suficientemente buena como para salir sin autorización."

"¿No es eso lo mismo que hiciste tú con nuestra hermana?" preguntó él.

"¡Es diferente!" gritó Nico. "Hazel estaba destinada a salir. Su destino era ayudar en la guerra contra los gigantes y tener una segunda oportunidad."

"¿Quién dice que mi destino no es tener una segunda oportunidad?" preguntó el chico.

"Así no es como funcionan las cosas," le dijo Nico. Tomó al chico por la remera y lo miró desafiante. "Tú viviste tu vida. Ahora deja que los demás vivan la suya. Tu turno ya pasó."

"¡Yo sólo quería ver a mi madre!" El chico comenzó a soltar unas lágrimas. "¡Mi madre nunca pudo ir al inframundo! Y-yo sólo quería verla una vez más..."

Nico soltó la remera del chico y suspiró. "Hay reglas en este mundo, ¿Sabes? Reglas sin las que el mundo sería un caos. ¿Te imaginas qué pasaría si de pronto Hades dejara salir a todos los muertos para dejarlos regresar con sus seres queridos 'solo para verlos una vez más'?"

"S-supongo que tienes razón," admitió el chico. "De todas formas, no podía encontrar a mi madre. No estaba en casa, así que no supe en dónde más buscar. Cuando encontré a Cupido, él me dijo que me ayudaría a encontrarla si lo ayudaba en algo."

Solangelo - El Fugitivo del Inframundo (Fanfic de Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora