¿𝕐 𝕃𝕠𝕤 𝕊𝕦𝕣𝕖𝕟̃𝕠𝕤? - ˢᵗᵃᵗᵉʰᵘᵐᵃⁿˢ - ғⁱⁿᵃˡⁱᶻᵃᵈᵃ

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ճíҽղѵҽղíժօ sҽαs, ҽsԵҽ ҽs ตí թαցօ :

Todas las noches eran iguales.

Esta situación ya estaba cansando al sureño, ¿Cuando pensaba actuar?, Llevaba días intentando llevar a cabo ah plan pero lamentablemente esto no podía ser así, siempre alguien dentro de la casa lo impedía.

Pero el no quería poner en riesgo a los demás, no quería que se llevaba a alguien más aparte de él, no dejaría que eso sucediera, lo haría por sus "hermanos" sureños y por los demás.

Esta había sido una noche más, una noche que no podía dormir tranquilamente, donde ella siempre lo acompañaba, volviéndose cada vez aquel espíritu que atemorizan las calles del pueblo Mexicano.

Toda la casa mexicana se encontraba en absoluto silencio, la guardia de está vez estaba conformada por Nuevo León, Estado de México, Jalisco, Baja California y México, cada uno en su respectiva posición, esperando aquel momento.

El plan de Yucatán comenzaba.

Sus párpados comenzaron a sentirse pesados, Dando así oportunidad al sueño de dominarlo y llevarlo nuevamente con ella sabía que está sería la última noche así que había dejado todo preparado, solo era cuestión de que los demás ataran los cabos sueltos y encontrar la solución al conflicto del cual el en esos momentos ya no podría salvarse.

Lo sencillo para ellos en esos momentos era descubrir como evitar ser asesinados que por lo que sabía iría por el Norte, pero sería de pues de bastantes semanas.

Algo que no sucedió con ellos pero bueno dejando eso de lado volvamos con el Yucateco.

Ya habían pasado un par de horas desde que había caído en el mundo de los sueños, el reloj de la sala de aquella casa hacía su clásico sonido "tick Tack" marcando el pasar del tiempo.

Esa noche todo estaba muy silencioso, tal vez demasiado a como normalmente estaría.

Eso preocupaba en el fondo a el país presente en la guardia, después de tanto tiempo, tenía miedo, pero no lo mostraba, su orgullo se lo impedía.

El tiempo pasa lento, o al menos así lo veía Estados Unidos Mexicanos, después de interminables segundos el reloj marco las 3:00 a.m.

La hora donde todo comenzaba, pero está vez sería diferente.

Escuchar el sonido de una puerta siendo abierta retumbó por todo el pasillo, pero nadie salió de dicha habitación, no escucharon sus pasos al dirigirse al último piso, pero el se encontraba ahí, siendo más honesta, en la habitación donde se encontró la segunda noche, si, la habitación de Veracruz.

- llegue más rápido de lo que pensaba - comento el estado dentro de su "sueño" -

- es por qué yo te traje, acelere las cosas, está impaciente - contesto aquella mujer que lo acompañaba desde noches anteriores -

- no pensé que usted fuera impaciente - sonrió -

- hay mi niño, no sabes nada de mi, pero pensé que te darías cuenta después de lo del pequeño Campeche... O mejor lo llamo, tu amor - sonrió sinicamente -