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𝓓𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝓸

Veracruz abría los ojos, era el primero en despertar, aturdido observo lentamente su alrededor.

Se encontraban en aquella habitación, a lo lejos, en una esquina se encontraban acurrucados Yucatán y Campeche, demasiado meloso para ver, dirigió su mirada a la cama, ahí se encontraba dormido Guatemala, Chiapas y Puebla dormían en sus piernas, okey, no quería ver eso, ahora su vista estaba en Tabasco, aún dormía tranquilo en su hombro.

¿Y Tamaulipas?

Se encontraba en la otra esquina, por alguna razón esto causo incomodidad en su corazón, pero decidió ignorarlo, El Sol ya había salido, podía incluso afirmar que ya era medio día.

Después de varios días al fin había logrado descansar un poco, pero la inquietud de hace algunas horas aún permanecía dentro de el.

Según Puebla ya había avisado el lugar donde se encontraban, ahora solo faltaba que sus hermanos llegarán.

Sería una sorpresa si llegarán rápido.

Después de todo, la mayoría de ellos no se llevaban tan bien con los norteños ni los del centro, algo, que lo molestaba.

Como el mayor de los sureños solía controlar a sus hermanos, esa era la estructura que tenían en el sur, debían mantener su vista en asuntos importantes y no meterse en problemas con los demás, aunque sea para mantener su apariencia de "tranquilos".

Aunque no debía quejarse, después de todo era una representación, podría parecer una persona normal pero las cosas no eran así.

Su mente vagaba, habían pasado tantas cosas desde que se alejo de su abuela.

Estuvo al cuidado de México en su juventud, después se volvió "independiente", cuidado de algunos estados de paso, los primeros años se mantuvo alejado de muchos, como el caso de Chiapas, Oaxaca y Quintana Roo.

No convivían demasiado ni tenían deseos de hacerlo.

Afortunadamente eso cambio después.

Ahora, todos ellos estuvieron en riesgo de muerte.

Algunos decidieron quedarse atrás para salvar a los demás.

Su manzana de Adán bajo, había tragado la sangre que amenazaba con salir de su boca

Acomodó a Tabasco suavemente en sus muslos, lo dejaría descansar ahí por un momento, después soltó su largo cabello negro, le llegaba a la cintura, tomo un peine que guardaba en su ropa desde siempre, tomo unas hebras de cabello entre sus dedos largos, se sentía maltratado y enredado, si esa persona estuviera aquí lo hubiera regañado por el estado en el que se encontraba su cabello, aquella persona amaba peinarlo.

Comenzó a pasar el peine en su cabello enredado hasta que se peinara correctamente, después lo ato es una coleta baja.

Ahora despertaría a Tabasco.

Podría ser de día pero debían estar aún en alerta, hasta que lograrán llegar a un lugar seguro, aún se mantenía preocupado por Quintana Roo, había desaparecido así nomás, como si se lo hubiera tragado la tierra.

¿𝕐 𝕃𝕠𝕤 𝕊𝕦𝕣𝕖𝕟̃𝕠𝕤? - ˢᵗᵃᵗᵉʰᵘᵐᵃⁿˢ - ғⁱⁿᵃˡⁱᶻᵃᵈᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora