La Novia de Mi Mejor Amigo

Capítulo 1

¡¡Tomen asiento porque se avecinan curvas!!

¡DOBLE T. SE CASAN!

Podría pasar horas dibujando y diseñando invitaciones para mi futura boda. Tengo cientos de cuadernos, tarjetas del menú de degustaciones, pos-it, notas en el móvil, más carteles bien guardados en mi portátil...

No es que me vaya a casar en breve, tan solo tengo dieciséis años, diecisiete cumplo mañana, pero llevo diseñándolas desde que tengo uso de razón y es que sé que en un futuro me casaré con el amor de mi vida y mi amigo de la infancia, Ban.

Aunque debo de confesar que no estamos saliendo, aún, pero lo haremos. Pronto. Bueno, no estoy segura de ello pero lo haremos. Ahora mismo somos los mejores amigos de la infancia. Nos conocimos en preescolar y desde entonces (o más o menos por esa época) estoy enamorada de él.

Bien podría confesarme yo primero pero soy la idiota de las cosas tradicionales, es decir, estoy obsesionada con las películas, libros y series románticas dónde el príncipe azul se presenta ante la princesa en un caballo blanco, en un porche, o en una bicicleta en el caso de Ban. Pero me encantaría verle sonrojado, nervioso, titubeante mientras me susurra al oído que quiere pasar el resto de su vida conmigo, ir agarrados de la mano como si fuese lo más normal del mundo, ir a citas, a una cafetería, comer tarta y darme a probar de la suya, pasear por la orilla del mar, salpicarnos el agua entre bromas, acurrucarnos en el sofá, ver una película, tirarnos las palomitas, hacernos cosquillas... ¡Y pedirme que me case con él! Para luego formar NUESTRA familia. Tendríamos tres hijos (los nombres ya los tengo pensadísimos), también tendríamos un perro y viviríamos en una enorme casa con jardín trasero dónde celebraríamos cumpleaños, haríamos barbacoas, reuniones familiares y con amigos...

No hay sueño más bonito que poder casarte con tu alma gemela y mejor amigo bajo un manto lleno de estrellas y una hermosa luna que nos bendice con su brillo y nos desea que seamos el matrimonio más feliz del mundo.

Lo sé, tengo una gran imaginación pero cuando llevas AÑOS enamorada lo tienes todo calculado al milímetro. Boda incluida. Sé en qué estación del año será, dónde nos casaremos, el lugar de la celebración, el menú, los regalos a los invitados, los trajes de mi padre y mis hermanos, y por supuesto, mi vestido de novia que yo misma he diseñado y que es PER-FEC-TO. Las princesitas de cuentos de hadas pelearían por mi vestido de novia como si fuese un día de rebajas.

Podría confesarme yo, también lo tengo pensado por supuesto, pero como he dicho ya me he hecho la película en mi cabeza y pasará tal y como lo he imaginado. Pues le iré dejando a Ban miguitas de pan para prepararle el terreno.

"Doble T"

Con tan solo escribir esa inicial en las invitaciones se me pone la piel de gallina.

¿Qué por qué Doble T? Bueno, así nos han llamado siempre. ¿Pero por qué? Querréis saber, pues porque ambos nos apellidamos igual a pesar de no tener relación familiar ninguna.

¿Curioso verdad? Ban y su familia se mudaron al poco de nacer él que fue un par de horas después de nacer yo. Aparte de apellidarnos igual cumplimos años el mismo día. Genial ¿Verdad? ¡SI ES QUE ESTAMOS PREDESTINADOS A ESTAR JUNTOS!

Nacimos el mismo día, bajo la influencia de la luz brillante de Venus, una madrugada del siete de agosto. Nuestras madres nos llamaron igual y nuestros padres decidieron mudarse en el mismo barrio una casa al lado de la otra. En resumidas cuentas, desde mi ventana veo su habitación, cuando está estudiando, haciendo ejercicio, saliendo de la ducha...

Lo dicho. El destino se forjó cuando nosotros vinimos al mundo.

Solo falta que el lento de Ban se declare y oficialmente seamos una linda pareja de enamorados por el resto de nuestras vidas, porque aunque en Septiembre empecemos nuestro último año en el instituto iremos a la misma Universidad, compartiremos piso y ahí SÍ comenzará nuestra verdadera historia de amor que ni Woody Allen podría filmar.