La Novia de Mi Mejor Amigo

Capítulo 3

Que mi mejor amigo se hubiese enamorado de otra chica que yo conociese, vale. Era pasable.

Que su novia me hubiera regalado un libro para darme consejos de cómo jugar al beisbol y de cómo dirigir el equipo dándome a entender que era una inútil... podía aceptarlo después de realizar ejercicios de respiración y de Yoga para controlar mi ira.

Muchos ejercicios y muchas clases de Yoga, en realidad.

Pero que se metiera en medio de mi amistad con Ban ¡Eso sí que no podía ni superarlo ni aceptarlo!

Desde que mi memoria alcanza, los viernes siempre han sido nuestros. Aunque uno de los dos estuviese enfermo siempre estábamos juntos en el garaje que mi padre había transformado en un cine familiar. Los viernes era sesión de cine en casa de los Tanaka. Era una tradición dónde mis hermanos, Ban y yo veíamos películas clásicas. ¿Y ahora lo acompañaba ella? ¿Sin pedirme permiso? Bueno, permiso no, pero podía habérmelo comentado, haberlo dejado caer, pero no, apareció con ella en la puerta de mi casa como si fuese lo más normal del mundo. ¡Y no lo era!

¡PARA NADA LO ERA!

King y Gowther aceptaron, pero yo no, aunque no dije nada. Sonreí en forma de saludo y los cinco nos dirigimos al garaje. Y nada más entrar ¡Ocupó mi sitio! El sofá dónde Ban y yo habíamos reído y llorado a lágrima viva ahora era mancillado por su perfecto trasero.

¿Hasta dónde iba a entrometerse en nuestra amistad y en mi intento de quemarme las neuronas para organizar un plan para hacerles romper?

¿Hasta dónde?

Lo peor de todo es que no tenía ni idea de que el mismísimo apocalipsis estaba a la vuelta de la esquina.

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-Así que una chica ha sido la culpable de que el cine del señor Tanaka dejase de funcionar. Quien lo diría.

- Esa chica me está robando a Ban. ¡En todos los sentidos!

-¿No has hablado con él? Dile que te molesta que venga los viernes a tu casa, que es una tradición familiar o algo así.

-¿Hablar? Hace días que ni hablamos. Tan solo nos saludamos. Jericho vino dos viernes y al tercero fue Ban quien no se presentó. Me envió un mensaje para excusarse de que iba al cine de la ciudad con ella ¡¡Un mensaje!! ¿Te lo puedes creer? Antes hablábamos hasta la madrugada, reíamos, íbamos juntos a clase y ahora... Ahora se va andando porque dice que tiene que hacer ejercicio. ¿E ir en bicicleta como lo ha hecho siempre no lo es?

-Sate, sate, sate~ Quizás es porque va contigo y Jericho le ha dejado caer que ir andando es más saludable.

-¿Insinúas que esa pitcher de pacotilla lo está alejando de mí a cosa hecha?

Pero Meliodas solo se encogió de hombros.

¿Ban era tan idiota como para abandonar a su mejor amiga por una tía?

-¿Cómo estás chica del saco de boxeo?

-¿Chica del saco de boxeo?

-Sí, viene cada tarde a darle una paliza al saco de boxeo de mi padre.- Helbram se había acercado a nuestra mesa para comer juntos el almuerzo. Habíamos vuelto al instituto unas semanas antes del comienzo de curso para preparar el campamento que tendría lugar la próxima semana. Campamento al que acudíamos todos los años para despedirnos del verano, reencontrarnos con nuestros compañeros, dar la bienvenida a los de primer año y llegar a clase con las pilas bien recargadas.