Capítulo 14

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Estás haciendo esto por tu mejor amigo. Tienes que ser fuerte por él. No puedes huir. Ni debes. Será durante un rato y luego podrás olvidarte de todo durante el concierto pero ahora tienes que hacer de tripas corazón e intentar aparentar que estás interesada en todo lo que cuente. Recuerda las preguntas que hemos elaborado estos días. No puedes olvidarte de ninguna, como tampoco olvidar lo que responda. Es muy importante. ¿Debería grabar la conversación? ¿No sería un poco violento? Peco de buena memoria pero me gustaría estar segura de cada palabra que pronuncie...

-¡Elaine! Estamos aquí.

He perdido toda oportunidad de grabar. Será mejor estar bien despejada, mantener la cabeza en la tierra y no dejar que los pajaritos que últimamente anidan en ella me la llenen de tonterías.

¿Cinco minutos? ¿Diez? ¿Media hora? No recuerdo cuánto tiempo llevábamos sentados, cada uno en sus propios pensamientos, observando la calle a través del cristal, mirando el móvil o la mancha de humedad del techo con forma de cara como era en mi caso. Era muy difícil romper el hielo y por mucho esfuerzo que Ban intentase sacar temas de conversación las respuestas de Jericho eran puros monosílabos y yo tampoco estaba muy habladora que digamos.

Venga Elaine, se lo prometiste. Prometiste llevarte bien con su novia, a pesar de todo lo que sabes de ella pero para finalizar un plan hay que comenzarlo primero y si no se comienza el plan jamás se pondrá en marcha y si no se pone en marcha acabará el curso en un abrir y cerrar de ojos y te irás a Milán y ya no podrás hacer nada para hacerles romper.

Es ahora o nunca.

-Está siendo un torneo duro ¿Eh? – genial... No podía haber empezado de otra forma.

-Eso parece.

Bueno, dos palabras. Le había sacado más que Ban.

-¿Con quién os enfrentáis en octavos?

-Al instituto del norte.

-Son durillas, sobre todo su bateadora. Es capaz de batear hasta la pelota de un pitcher profesional. Es muy buena.

-Dudo que sea capaz de golpear mi bola.

Me mordí la lengua.

-Eso quiere decir que estáis entrenando mucho. ¿Tienes algún truco bajo la manga?

Tuvo un pequeño tic en su ojo izquierdo.

-¿Crees que se lo revelaría a mi rival? – por fin me miró a la cara pero su mirada era más fría que estar bajo una tormenta de nieve en bañador – Estamos entrenando como cualquier otro equipo. Queremos ganar, otra vez.

Desvié la mirada. Tenía tantas cosas que decirle y echarle en cara pero cero pruebas... No podía enseñarle sin más la fotografía en la que salía con Gloxinia ni la conversación que mantuvieron en los vestuarios de su instituto sin meter a los demás en un problema. Tenía que averiguar la forma de saber más cosas de ella sin parecer sospechosa.

-Dime ¿Qué estudiarás cuando acabe el instituto? ¿Irás a la Universidad? – exacto, respondió sin más – Pero ¿Seguirás jugando al beisbol? A mí me gustaría pero en Milán el deporte rey es el fútbol. Una pena – no hizo ningún tipo de comentario - ¿Seguirás siendo pitcher? ¿O es posible que te vayan a dar una beca para seguir jugando y convertirte en profesional? ¿Es eso? Venga, nos lo puedes contar. Bueno, Ban seguro que sabe algo de eso.

-No me ha comentado nada. Pensaba que querías estudiar ingeniería.

-Aún no lo tengo decidido. Hay becas que me interesan para seguir jugando pero no sé si mis padres estarán de acuerdo.

La Novia de Mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora