I ° Una Noche fría °

3K 164 20
                                    


Prologo

En un mundo tan roto como en el que nos vemos obligados a vivir, no importa que tan puras sean tus intensiones o que tan buena persona quieras ser, siempre existirá una parte de ti que se encargara de derrumbar todo aquello, siendo devorado tarde o temprano por tus más oscuros deseos.

Las almas humanas se corrompen con facilidad y son llevadas a cometer actos terribles guiadas por sus más bajos instintos. Estos actos conocidos como pecados serán la llave que al final de sus vidas terrenales les abrirán las ardientes puertas de aquel lugar al que llamamos infierno, donde pagarán por toda la eternidad aquellos errores.


                                                                         -------------------------

Narradora

 Ágata Marshall era una joven de unos 20 años de edad, complexión delgada, de estatura promedio, atractiva apariencia, cabello castaño y corto por encima del hombro, de piel clara y ojos café.

 Vivía sola desde su mayoría de edad, tuvo padres ausentes por lo que su infancia y adolescencia fueron solitarias.  Pese a todo esto su personalidad era alegre, aunque un poco introvertida a veces, le gustaba ser muy educada con los demás, pero solía dejar salir algunos insultos y groserías sí se alteraba demasiado. 

 Trabajaba doble turno en una enorme tienda y refugio de animales exóticos. Allí las personas podían adquirir lo necesario para sus mascotas o también adoptar a aquellos pequeños animales que acababan desahuciados. Ágata se encargaba de las principales tareas en esta tienda. Amaba su trabajo, en especial porque podía pasar tiempo con Lui, un joven zorro fénec que el dueño del lugar había rescatado en uno de sus viajes hacía ya unos meses.

 El pequeño animal vivía en la parte trasera del local, en un área perfectamente adaptada para su comodidad, Lui pronto seria liberado ya que su estancia en el lugar era transitoria, el zorrito era el centro de atención de Ágata, quien siempre sintió fascinación hacia aquellos seres tan puros y salvajes, y consideraba su compañía más agradable que la de los seres humanos, aunque el animal jamás se dejaba acariciar a ella le bastaba con hablarle y pasar tiempo observándolo.

                                                                   -------------------------

 Era un día normal de trabajo, turno noche, la temperatura estaba agradable y el cielo presumía una hermosa vista estrellada. En el interior de la tienda, Ágata suspiraba agotada, había entrado una gran cantidad de nuevos productos para reponer y algunos otros que organizar, también era su turno de adecuar unas jaulas para la llegada de nuevos animales, era demasiado trabajo para una sola persona pero ese día estaba sola. Todo aquello le llevaría un buen tiempo, y se sentía frustrada ya que casi no vería a Lui.

 Cuando por fin pudo terminar ya eran más de las once de la noche, se despidió de su peludo amigo, cerro la tienda y se dispuso a volver a su casa a toda prisa.

 Llevaba caminando ya unas cuadras cuando a lo lejos divisó una figura humana entre las sombras, le era un tanto familiar así que continuó caminando para ver con más claridad. Y en efecto, era alguien que ella conocía y muy bien, se trataba del mayor de los hijos del dueño de la tienda, Thom, un hombre muy atractivo físicamente, cabello negro, ojos verdes intensos y de gran altura, que, pese a tener poco más de 30 años de edad no los aparentaba. Thom, siguiendo el camino de su padre, poseía su propia tienda, aunque ésta era de antigüedades, objetos variados de valor, adquiridos por él mismo de sus viajes al extranjero.

ENTONCES, ¿ES UN TRATO?  (Alastor x Reader/OC) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora