IV ° Paseo Nocturno °

1.2K 106 16
                                    

Ágata/Tú

 Desperté en un sobresalto para luego sentir como todo mi cuerpo gritaba de dolor, apenas podía moverme, mire a mi alrededor y note que estaba en mi habitación, el reloj en la mesa de noche marcaba las 07 am, ya era tarde para el trabajo, tenía que levantarme de una vez. Mientras me esforzaba por salir de la cama no podía creer lo que había sucedido entre el señor Alastor y yo, todo parecía un perverso sueño lejano.

 Tenía puesta mi pijama y no recordaba como volví a mi cuarto, pero imaginé que el amo se había encargado de ello, que vergüenza, como podría mirarlo a la cara nuevamente – ¡¡¿Por qué me pasan estas cosas?!! – Gritaba internamente mientras jalaba de mis cabellos. Luego de unos minutos peleando conmigo misma me decidí a levantarme y darme un merecido baño.

 Ya en el baño me tomé unos minutos para verme en el espejo, mis ojos se veían algo cansados y ojerosos, parecía que me habían robado la vitalidad si es que así se le podía llamar, mi maltratado cuerpo ya no dolía tanto y parecía empezar a recuperarse poco a poco, pensé que quizás era parte de ser un demonio el poseer este tipo de regeneración física.

 Al salir de la bañera me puse mi traje y me dispuse a bajar a desayunar, esta vez estaban casi todos despiertos, excepto por Angel quien claramente seguiría durmiendo hasta el mediodía. Todo se veía tranquilo y luego de saludar me dispuse a hacerme un café para luego tomarlo y relajarme un poco, agradecí internamente que la señorita Charlie no me reprochara el horario en que me había levantado, al parecer no le importaba mucho.

- Que tal damas y... caballero, ¿cómo han estado? – saludó burlando a Husk el carismático y alegre demonio radio.

- Bienvenido sea amo – le saludó la pecosa disimulando su sorpresa.

- Como has estado querida, te ves algo... cansada – soltó malicioso el pelirrojo, provocando ardor en las mejillas de la pecosa.

- E- Estoy bien, no se preocupe - contestó esquiva para evitar reacciones indeseadas.

 Luego de aquella incomoda escena el día transcurrió de manera similar al anterior, sin mucho que hacer. Tuve la dicha de escuchar a las señoritas Charlie y Vaggie discutir sobre mejoras al proyecto y de cómo iban a hacer que Angel Dust actualmente el único paciente lograra ser el primer demonio redimido en la historia, realmente era muy divertido escucharlas hablar de ello e imaginar a aquel demonio promiscuo logrando la redención.

 Lo único diferente de este día era Alastor, quien con toda serenidad paseaba por el edificio, haciendo enojar al malhumorado Husk e incluso a Vaggie con sus bromas, logrando incomodarme con su sola presencia. Llegada mi hora de ir a descansar, me despedí de manera educada de todos, excepto de él, a quien no vi por ninguna parte e imaginé que se había ido sin despedirse.

 Ya en mi habitación comencé a desvestirme para cambiarme e ir a dormir, estaba realmente agotada como para tomar un baño.

- Veo que te estás recuperando rápido de tus heridas querida, interesante – dijo apareciendo de entre las sombres el sonriente demonio.

- ¡¡Se-señor Alastor!! – exclamó la menor – yo... creí que se había retirado hace tiempo – soltó la joven con solo sus bragas puestas, intentando cubrirse con sus manos y cola.

- Ah sí, me había aburrido así que me tomé la libertad de venir a tu habitación – soltó el pelirrojo – esas cruces color carmín en tu vientre, no pude decírtelo antes, pero me resultan encantadoramente nostálgicas – admitió el mayor mientras se acercaba a la joven demonio.

Narradora

 Alastor suavemente comenzó a recorrer la figura de la fénec con sus manos, la expresión en su rostro lo mostraba inmerso en pensamientos posiblemente lascivos.

ENTONCES, ¿ES UN TRATO?  (Alastor x Reader/OC) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora