VIII ° Peligrosa Cercanía °

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Ágata/Tú

 Había pasado casi una semana desde la llegada del señor Árticus al hotel, el equipo estaba más animado, en especial Angel quien se la pasa arrojándose a él para luego ser cordialmente rechazado, y la señorita Charlie quien se ha mostrado muy a gusto con la predisposición de aquel demonio lobo en cuanto al proyecto.

 Debo admitir que el ambiente es muy agradable en general, ya había superado mi enojo respecto a lo sucedido con Árticus y la verdad me daba igual su presencia. El problema era que me sentía obligada a evitarlo, conversaba con él solo lo justo y lo necesario, pese a lo amable que éste era conmigo. La razón para evitarlo, bueno, era mi amo, el cual venia más seguido, no demasiado, pero lo suficiente para hacer presencia en los momentos adecuados, siempre animado y carismático. Era extraño que él se apareciera sin nada que hacer, pero al menos podía verlo más veces, o esos eran los tontos pensamientos de sirviente que tenía en esos momentos.

 Respecto a la relación entre Alastor y Árticus, las cosas se habían vuelto más calmadas, no eran los mejores amigos, pero ciertamente el ambiente era mucho más agradable que aquella primera vez que cruzaron caminos. En verdad espero que nada malo suceda entre esos dos.

 Días después...

 Eran las ocho y media de la noche y me encontraba descansando en la cocina mientras tomaba una buena taza de café. Hacía ya un par de días que no veía a Alastor, él simplemente dejo de venir como lo hacia y yo comenzaba a sentirme un poco extraña, con cierta necesidad de estar cerca suyo y recibir su atención. Por otro lado, Charlie y Árticus se paseaban de un lado a otro haciendo todo tipo de actividades, el interés que tenía el lobo por mi en un principio se redujo casi del todo, lo que me resultaba un gran alivio y me permitía volver a mi rutina sin ser tan esquiva y descortés.

 Terminando mi bebida me resigne sobre poder encontrarme con mi amo, por lo que me dirigí a mi cuarto sin mas, estaba cansada así que no saldría a caminar como de costumbre.

- Qué bueno que mañana es nuestro día de descanso general – pensó la fénec mientras bostezaba.

 Subiendo las escaleras comencé a sentir aún más sueño, era un poco raro sentirme tan cansada, pero le resté importancia. Abriendo la puerta no pude evitar tropezar torpemente cayendo casi como un roca y sintiendo el dolor del golpe en mis rodillas, supe que me las había lastimado ya que pronto sentí un ardor persistente, pero no me importo, solo quería llegar a la cama para poder dormir de una vez.

 Mientras luchaba por volver a ponerme de pie sentí una fuerte presencia a mis espaldas, la cual apenas pude identificar.

- ¿Te encuentras bien? ¿te has lastimado? – preguntó preocupado el lobo de blanco pelaje.

- Si... estoy bien, solo estoy algo cansada, no se preocupe – alegó la fénec intentando ponerse de pie torpemente.

- Te ves agotada permíteme ayudarte – comentó el mayor tomándola en brazos con delicadeza.

- No, no es necesario en verdad puedo sola – soltó la fénec con desgano intentando safarse de los brazos del mayor.

- Tranquila, solo te estoy ayudando – respondió el de ojos verdes con una expresión risueña en el rostro.

Narradora

 Árticus recostó a la menor con suavidad en la cama, tomando asiento a un costado de ella para luego acariciar su rostro y observarla con una sonrisa extraña en su rostro.

- Mierda ésto está mal, no debí dejarlo entrar – pensaba preocupada la fénec.

 Aquella cercanía le resultaba tan familiar, pero el cansancio no le dejaba pensar con claridad, debía alejarlo y hacer que se fuera de su cuarto.

ENTONCES, ¿ES UN TRATO?  (Alastor x Reader/OC) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora