La vida te puso en mi camino cuando pensaba que estaría sólo el resto de mi vida y ahora no dejaré que el pasar de los años te alejé de mi de nuevo.
En un momento pensé que sería lo mejor para ti, pero fue un gran error, solo que ahora tienes tú vid...
Después de la ceremonia escolar había pasado el resto de la y tarde con mis amigos, hasta finalmente llegar a casa por la noche siendo acompañada por Eren quien me dejó justo en la puerta.
-Segura que estarás bien?- me preguntó al notar que los autos de mis padres estaban estacionados.
Le sonreí para tranquilizarlo -No te preocupes Eren - me despedí tranquila y en silencio entré dirigiéndome a mi habitación, logrando escuchar en mi camino como es que mi padre discutía con alguien por teléfono, sin tomarle importancia seguí mi camino hasta mi cama.
Nisiquiera quiero saber lo que sucede...
Pocos fueron mis minutos de tranquilidad cuando escuché fuertes pasos que subían las escaleras y finalmente el azotar de una puerta. Al parecer ese último era de mi madre, ambos habían empezado a gritar se y reprocharse cosas del hogar, sobre el dinero y finalmente escuché mi nombre seguido de horribles palabras. Mi paciencia llegó a su límite cuando mi padre se atrevió a golpear a mi madre, no dude en llamar a la policía y tras ello salir a defender a mi madre.
Ella no siempre había sido mala, recordaba con cariño como solía cantarme por las noches para que pudiera dormir o como me llevaba cada mañana a la escuela y se despedía dándole un beso en la frente...
Había conseguido el tiempo necesario para que la policía llegará, me había llevado algunos golpes, pero no podía permitir que le hiciera más daño a mi madre. En cuanto la policía llegó mi padre fue detenido, pasaría la noche en la cárcel aunque eso sería todo ya que mi madre no presentaría cargos aún cuando uno de los agentes trató de convencerla, ella se negó.
Pase el resto de la noche encerrada en mi habitación por temor a que mi madre hiciera algo encontrá mío por haber llamado a la policía. Ya fue suficiente...
Cerca de las 5 de la mañana empaque algunas cosas en mi mochila y dispuesta salí de mi casa, aun estaba algo oscuro pero no iría muy lejos. La casa de Armin estaba a solo unas cuadras asique me quedaría con él por un tiempo.
Cuando me recibió le conté lo que había sucedido y no dudo en curar mis heridas aunque mi labio roto era el único tan visible.
-Será mejor que descanses un rato (TN), más tarde vendrán los demás a verte -
-Ya les avisaste? - pregunté sorprendida.
-Bueno quedamos en que nos contaríamos todo - comentó rascando su nuca para luego solo ponerse de pie y salir de la habitación. - así que descansa - me sonrió amabre y solo pude recostarme y dormir.
Horas después desperté y al mirar a un costado mío, se encontraba un vaso de agua con un cubre bocas a un costado. Vaya Armin, siempre pensando en todo. Sonreí para mi misma y tras colocarme aquel objeto en el rostro escuche un rápido caminar que se dirigía hacia la habitación donde estaba.
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