Nuestra protagonista volverá a Seoul (Corea del Sur) a vacacionar durante el verano. Ella se muestra renuente a volver después de tantos años debido a los recuerdos nada emotivos, producto de sus malas experiencias en la ciudad.
Sin embargo, ese ver...
Nosotros realmente queríamos seguir ese plan, así que los chicos nos llevarían; Yeol subió a su moto y Dannie lo siguió de inmediato, pues al parecer ya tenían suficiente confianza entre ellos. Sehun le cedió el paso a Sol quien subió un poco tímida a la moto, él subió después y al notar que Sol no reaccionaba, tomó sus manos y las acomodó en su cadera haciéndola sonreír, pues iría abrazada al chico que le gustaba.
Finalmente me di cuenta de que Kai estaba acomodando mi bolso en la "cajuela" de la motoneta, volteó a verme y se acercó sonriendo.
-Toma, será mejor que lo uses- dijo dándome su casco.
-Pero... si yo lo uso tú podrías estar en riesgo- dije un poco indecisa.
-Mejor que sea yo quien lo corra a que seas tú. Por favor...- insistió. Acepté y me ayudó a subir a la moto, él subió después y encendió el motor. Me sentí nerviosa por unos segundos tal y como Sol, pero si no me abrazaba a él estaría en peligro.
En cuanto Kai sintió mis brazos rodearle, pude ver por uno de los espejos que esbozó una pequeña sonrisa. Pronto salimos del lujoso edificio donde vivía Suho y comenzamos a andar.
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Fueron Sehun y Yeol los primeros en salir por lo cual tomaron la acera, yo resoplé porque seguía pareciéndome algo incorrecto que se les permitiera andar en moto o bici sobre las aceras, así que al momento en que Kai escuchó mi suspiro, decidió tomar la avenida.
Pronto los otros dos tomaron la avenida y Kai marcó la ruta.
Recorrimos algunos barrios extravagantes, ostentosos y un poco raros; pasamos a toda prisa a las afueras de algunas tiendas comerciales y a través de otras de turismo. Pronto llegamos a la plaza principal de Seúl, aquella que hacía unas cuantas semanas caminé sintiendo poco entusiasmo con esta visita; esa gran plaza que muchas veces me vio caminar en soledad, llena de profunda tristeza.
Sin embargo esa noche sería totalmente diferente, pues viajaba con tres chicos encantadores y mis dos mejores amigas, viendo las hermosas luces de la ciudad y sus armoniosas fuentes.
Al ir abrazada a Kai pude percatarme del abdomen trabajado de éste y por un momento me sentí irritada, estos chicos parecían esculpidos por un ser extraterrenal pues además de tener cuerpos bien formados, sus facciones eran encantadoras.
Pronto nos dirigimos a uno de los parques más concurridos de la ciudad y subimos hasta una discreta e íntima colina, ésta se encontraba en una dirección opuesta al parque que estaba cerca de donde vivía con Eriol y por ende, pude disfrutar de una nueva mágica vista de la gran urbe.
Una vez ahí bajamos y comenzamos a caminar un poco hasta un bonito árbol, había algunas luces discretas que hacían encantador el pequeño espacio. Una vez ahí los chicos comenzaron a jugar como niños pequeños y después Yeol ignoró a todo mundo para comenzar a jugar con Dannie y el resto comprendió que era momento de dejarlos en su asunto.
