"Voy al otro..." comenté. "¿Venís?"
"¿En serio lo decís?" rió Manu al escuchar mi comentario. "Sos un salame, Valentín. No cambias más, boludo."
"Que denso que sos, Manuel." me quejé.
"Sos un cagón, date cuenta."
"¿Te pensas que no lo sé?" respiré hondo. "No es ninguna novedad, la concha de tu madre."
"Y bueno, ¿Qué esperas para romperlo?" insistió. "Wos no te salva de todas, Valentín también tiene que encarar la situación."
"¿Qué tiene que ver?" comencé a enojarme.
"Te refugias en Wos todo el tiempo. A nadie le importa si Wos es cara rota o si no tiene miedo, porque al final del día el que se va a dormir con los quilombos en la cabeza es Valentín, no es Wos..." explayó. "¿Qué ganas cambiando de cine para no cruzarte a la mina que te mueve la tierra?" rió. "No ganas nada."
"Loco, no es fácil..." me llevé las manos a la cara, estaba cansado de este tema. "Hace años que vengo con esto en la cabeza y de ahí no sale, ¿Te pensas que me gusta vivir con miedo?" me desahogué.
"Valen, hay veces en las que hay que tirarse a la pileta aún sin saber si tiene agua. Ahora te pregunto, ¿Por Zoe te tiras?"
La pregunta comenzó a resonar en mi cabeza, y la única respuesta que hallaba era un rotundo sí, aunque no sabía si ella se tiraría por mí. En estas dos semanas que pasaron desde la última película no me buscó ni me escribió, pero yo tampoco lo hice, por lo que la incertidumbre era lo que predominaba en esos momentos.
"Sí." respondí seguro.
"Entonces, ¿Qué mierda estás esperando?" cuestionó sonriente.
"A que me de la sangre." contesté y me fui.
Estaba harto, podrido, cansado de que todos piensen que es fácil salir y romper la coraza del miedo. Todos los días es asustarse y sentir la ansiedad recorrer cada centímetro de tu cuerpo y convertirlo en un huracán.
"Dame una para 'The Thing'" pedí amablemente.
"¿Alguna preferencia?"
"Fila diez asiento cuatro, ¿Tenés?"
"Sí." sonrió. "¿Acompañas con pochoclos o algún combo?"
"No, gracias igual." reí.
"Uh, los pochoclos en el cine son lo peor, te entiendo." siguió mi comentario.
"Sí, totalmente." rematé.
"¿Nos podemos sacar una foto?" preguntó tímida.
"Sí, de una." intenté transmitirle confianza. "Mandale."
Un beso en el cachete y el flash, ese era todo el cariño que recibía en estos días, o por lo menos el único que percibía.
"Muchas gracias, ¡Sos un dulce!" sonrió, provocando que me sonrojara.
"No es nada." me despedí.
Lo bueno de visitar nuevos cines es que los podés explorar tranquilamente que te sentís en otro planeta, así que eso le agradezco a Zoe en parte.
Zoe, basta de Zoe.
Me senté en la butaca, que era más incómoda que la de mi cine habitual, y empecé a mirar hacia los costados, era el único ahí, ¿Nadie venía a ver este clásico?, difícil de creer.
De a poco la sala comenzó a llenarse, y las butacas de mis costados estaban ocupadas por parejas. Claro, el único pelotudo que viene solo al cine en San Valentín, había olvidado ese detalle que me recordaba un poco más lo cagón que era.