El Viaje

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Creo que ya habían pasado dos horas desde que me monté en ese vehículo, y no dejaba de imaginar ni por un vacío segundo como seria la trayectoria desde ahora. En todos estos años me he informado bastante acerca de la preparación que les proporcionan las agencias a las chicas para ser Idol, sé que es un duro entrenamiento, tanto físico como mental, pero no sé hasta qué grado de complejidad serán conmigo, y con las otras. Fui la primera a la que el chofer fue a recoger, después de eso pasó por las restantes, todas entraban muy calladas, pero a los minutos podía escuchar que algunas dialogaban en voz muy bajita. Yo no intenté relacionarme mucho con ellas, tenía muchas cosas en mente y no quería distraerme hablando boberías. Pasado un buen tiempo, quizás eran las cuatro de la madrugada, llegamos a un aeropuerto, ahí nos bajamos. Estaba tan cansada que hasta veía borroso por momentos, consecuencia del gran sueño que se apoderaba de mi, pero no era la única, casi todas las demás estaban igual. El chofer nos dejó con una mujer muy alta y con gran porte. Tenía un rostro resplandeciente como el Sol, daba la impresión de ser muy carismática y nos dio un saludo muy cordial.

-Hola nenas, es un gusto conocerlas, mi nombre es Elena, seré su guía hasta llegar a Nueva York, cuando lleguemos seré su consejera, así que desde ya les digo que cualquier tipo de problema que tengan o dudas, pueden contar conmigo-

Terminado su pequeño discurso nos tuteló hasta dentro del aeropuerto y nos llevó a una pequeña fila, nos dio unas credenciales con nuestros datos personales, algo que me sorprendió, ya que yo tenía uno y se suponía que mi pase fue a última hora.

-Chicas no se quiten eso, es para identificarlas y puedan pasar sin restricción- Nos dijo ella mientras nos organizaba una tras otra.

La fila ya empezaba a caminar, y en un momento, escuche las risitas de dos chiquillas que estaban detrás de mí, pude concebir perfectamente lo que decían, una de ellas dijo:

-Viste a esa, es la necia, fue la que hizo el papelazo en la presentación delante del director-

-En serio es ella, que vergüenza, si fuera yo habría dicho que no cuando me llamaron, así demostraría un poco de respeto propio- Y comenzaron a reír de forma muy burlona.

El cuerpo se me había erizado por completo, no podía creer que no llevara más de un par de horas en esto y ya me cogieran de punto para divertirse. Intenté seguir sin que eso pudiese enojarme, porque la verdad no lo hacía. Debía tener la cabeza fresca, no podía permitirme molestarme por sandeces.
Pasamos por todas las fases del aeropuerto, entramos al avión, y desde allá arriba pude ver un amanecer tan hermoso, una vista perfecta que sólo se podía apreciar desde esa altura. Me distraje de semejante paraíso cuando alguien se paró a mi lado de forma torpe mientras dejaba sus maletas en el portaequipajes de arriba, bajó la mirada para poder decirme algo:

-Hola, ese asiento está ocupado, es que en donde estaba una persona vomitó y dejo todo hecho un asco-

Vi su cara, y me era conocida, Claro!!!, era Keila, la chica con la que hablé un poco mientras hacía el casting.

-Keila, no me recuerdas, estuvimos sentadas juntas el día de la audición! -

-Priscila, ¿eres tú?, pero que haces aquí, no vi tu nombre en la lista de las que pasaron-

- Es q fue algo de última hora, luego te cuento, ¿no sabía tampoco q habías pasado tú también?-

- Si, pero es que desde que me fui no te volví a ver, estuve esperando afuera del centro para darte mi número y seguir en contacto! -

-Lo siento, me fui corriendo para la casa y no mire a nadie cuando termine la audición-

-Bueno, lo importante es que estamos ahora aquí. Juntas-

-Qué bueno, ya me sentía mal de no conocer a nadie- Dije esto y solté un suspiro de alivio. - Pero Keila, no te vi en el carro en el que nos trajeron?-

-Es q mis padres decidieron traerme hasta aquí con su coche, para despedirnos en el aeropuerto-

-Oh que bien, y ¿estas triste de no poder ver a tu mamá y a tu papá?-

-Yo no tengo mamá Prsci, tengo dos papás, y si, ya estoy triste, pero esto lo hago por una buena causa - y se echó a reír.

-Si claro, todo esto es por una buena causa- dije y me acomodé en el asiento.

Estuvimos hablando como dos cotorras en todo el viaje hasta que llegamos a nuestro destino, después de pasar por el aeropuerto, nos subieron a otra furgoneta idéntica a la que me recogió en la casa, ahora íbamos de camino al centro donde nos quedaríamos para comenzar con la preparación. Faltaba poco para ver qué tan increíble sería la aventura, y no estoy sola, estoy con Keila, eso hace que todo esto sea mucho más llamativo y animado.

La Historia De Una IdolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora