La Pesentación

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Estuvimos bastante tiempo en la camioneta haciendo el recorrido para llegar a nuestro destino, jamás pensé que el lugar donde entrenaríamos fuese tan alejado de la ciudad. Andábamos por la carretera y estábamos adentrándonos en una especie de bosque, era muy hermoso pero misterioso a la vez. Al llegar al lugar me quedé paralizada. No era nada lo que imaginaba, era una casa de madera muy grande, de dos pisos, se veía muy  antigua y estaba en medio de la nada. Pensé que estaríamos en un edificio moderno, con muchísimas personas, y no algo tan paradójico. Nos bajamos de la furgoneta y al instante llegó otra igual, quizás un poco más grande. De ahí se bajaron unas diez chicas de varias razas, había una asiática, dos morenas y hasta una pelirroja que parecía europea. En la entrada nos recibieron un par de personas, el director de la compañía y una mujer de cabello corto que rondaba los cuarenta años. 

-Hola muchachas, todas vosotras ya tuvieron la oportunidad de conocerme en el casting, pero de todas formas me volveré a presentar. Mi nombre es Johan y soy el director de una de las más famosas agencias de entretenimiento del país. Apuesto lo que sea a que no imaginaban venir a un lugar así, pues que esperaban, una vida de lujos y comodidades por pasar la audición más sencilla que he hecho, pues no, ahora es que comienza el verdadero casting, aquí pasareis aproximadamente tres años, y las que logren superar las exigentes pruebas seréis las que debutareis. No tengo nada más que decir, la subdirectora del proyecto se hará cargo de los detalles, yo me tengo que ir que tengo muchísimo trabajo. Espero que aprovechéis esta oportunidad que no se repetirá jamás- Dicho esto se fue en dirección a un aun auto marca Kia muy moderno y se fue de la zona.

Al instante la otra mujer, la subdirectora según había dicho el director nos dijo que la siguiéramos. Entramos en la gigantesca casa, muy oscura, tenía un aura de secreto que no sabría explicar. Nos llevaron a una habitación muy grande, era un aula porque tenía un montón de pupitres. Nos sentamos todas en uno, y la subdirectora comenzó a darnos una explicación mientras escribía en una pizarra.

-Bueno, comenzare dando las reglas principales:

Está prohibido relacionarse con el exterior, para eso las distanciamos de la sociedad, para que nada ni nadie os cause distracción.

Está prohibido ingerir algún alimento que no sea proporcionado por vuestros superiores.

Está prohibido faltar a ensayos como a clases, de ser necesario por problemas de salud deberá comunicárselo a la enfermera y ella decidirá si puede o no ausentarse.

Estas son las principales reglas que no deberán incumplir. De hacerlo seréis severamente castigadas y se le restarán puntos a su acumulado.

Luego de ver eso me quedé un poco anonadada, que reglas tan exigentes, jamás creí que esto sería de esta manera.

-Ahora les escribiré el horario, mañana mismo comenzarán desde temprano-

De 6am a 7am será el horario de desayuno.

De 7am a 9am serán las lecciones de idioma

De 9am a 1pm serán las clases de canto

De 1 a 2pm será horario de almuerzo

De 2pm a 5pm serán las clases de baile.

De 5pm a 8pm será la comida y el autoestudio en este mismo salón donde estáis ahora.

Y a las 9pm será la hora de dormir.

-Este horario será de lunes a sábado. Los domingos serán las pruebas semanales para ir evaluándolas. Cada tres meses se hará una tabla con el promedio de las calificaciones de cada una de vosotras. La que quede en último puesto será eliminada- Nos dijo de forma delicada pero directa.

Luego de darnos todos detalles de cómo serían las evaluaciones y el entrenamiento, nos dirigieron hacia las habitaciones, todas estaban en un pasillo muy largo y oscuro. Los aposentos eran de dos chicas ya que tenían literas, y el espacio era minúsculo, solo había lugar para poner una mesita de noche al lado de la litera y nada más. Sentía una decepción completa dentro de mi cuerpo que no me lo creía. Este lugar tenía menos condiciones de lo que me imaginaba, no estaba cómoda. Al menos debo agradecer que me pusieran en la misma habitación de Keila, y no con alguna desconocida. Ya en la noche, no podía dormir por el hambre, nos habían dado de comer arroz con pasas, y el estómago no me dejaba de rugir, fui a comprobar si Keila estaba despierta, quizás podríamos conversar un rato y así me olvidaría de los rugidos de mi barriga.

-Keila, estás despierta- dije casi susurrando. –Keila me escuchas-

Entonces bajé de la litera para despertarla, y la vi, estaba llorando muy bajo.

-Keila, que te está pasando, porque lloras, te sientes mal- Ya la preocupación se estaba apoderando de mi voz.

-Priscila, no quiero estar aquí, no estoy acostumbrada a algo tan exigente- me decía en sollozos.

-Lo se Kei, pero no llores por favor, que me harás sentirme mal a también, tú crees  esto a mí no me duele, pues si lo hace, pero intento ser fuerte-

-Pero tú eres así, yo no sé ser fuerte, solo soy muy frágil-

-Tranquila  amiga, nos apoyaremos juntas, y verás que esto no es nada, notarás que todo este sacrificio no será en vano, vamos a debutar juntas, te lo prometo- Le dije mientras cogía su cabeza y me la apoyaba en el pecho-

-Gracias Priscila, necesitaba algo de cariño-

-Para eso estamos, cálmate, duerme anda, que mañana será otro día- Me levanté de su cama y al instante, casi por inercia me agarró de la mano.

-Crees que puedes dormir conmigo hoy, lo necesito en verdad-

La mire con un poco de lastima y le dije.

-Claro que sí, pero venga, basta de lágrimas que nadie ha muerto-

Nos acurrucamos y la abrace, sentí su piel tibia junto a la mía, mientas que mis ojos se iban cerrando por el agotamiento del día.

La Historia De Una IdolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora