Nombre

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— ¡NO! —exclamó Ikki despertando de sopetón. El chico jadeaba audiblemente y se aferró a la cama con fuerza. Se mantuvo así unos momentos, inspirando y expirando tratando de normalizar sus respiraciones que ya le provocaban dolor. Cuando el golpeteo de su corazón fue bajando, cayó en cuenta de que se encontraba en una habitación que no conocía.

— Al fin despertaste —lo interrumpió una voz femenina. Ikki dirigió la mirada hacia el marco de la puerta en donde yacía una joven de tez blanca y cabello y ojos violetas que lo miraban. Tardó uno segundos en reconocerla pues lucía un pantalón de mezclilla y una blusa de tirantes y no su acostumbrado vestido negro. Su nombre vino entonces como por arte de magia a la punta de su lengua:

— P-Pandora —susurró con sorpresa—. ¿Qué...? ¿Qué es todo esto? —cuestionó él llevándose las manos a la cabeza. Un leve dolor le había comenzado.

— Tranquilo, Ikki —dijo ella preocupada. La chica tomó una silla que había en la esquina de la habitación, la colocó al lado de la cama y se sentó quedando frente a él—. Voy a decirte todo lo que sé, pero antes necesito hacerte una pregunta —él la miró extrañado—. ¿Qué es lo último que recuerdas? —Ikki se quedó en silencio, urgando en su mente.

— Seiya... él, levantó su puño contra Apolo... —aquel recuerdo se le antojó muy lejano—. Pero tú... tú moriste después de darme tu collar ¿Cómo es que...?

— Aún no lo sé a ciencia cierta, pero tengo mis teorías —Ikki la miró serio y ella descifró sus ojos como una invitación a compartir sus pensamientos con él—. Creo que por alguna extraña razón "despertamos" en una especie de realidad alterna en la cual hemos estado viviendo, aunque no sé exactamente cuánto tiempo llevamos de esta forma. Tenemos vidas normales, sin nada que tenga que ver con los dioses. Entiendo que esa pelea con Apolo se suscitó mucho después de que vencieran al señor Hades, pero desconozco el motivo por el cual yo también estoy aquí —Ikki hacia un escrutinio de sus ojos como sopesando sus palabras—. Al parecer tu y yo nos encontramos en esta realidad, aunque tampoco entiendo el porqué. Cuando yo emm... "desperté" es decir, recobré mis recuerdos acerca de quién era en realidad decidí investigar si alguno de tus amigos estaba en esta misma ciudad. Me dediqué a recorrerla de arriba abajo pero no tuve éxito con ellos. Del único que tengo una pista es acerca del cisne, pero no es nada certero. Iba a comenzar a buscarlo, pero tu despertar me ha tomado por sorpresa.

— ¿Quieres decir que mis amigos podrían estar en cualquier parte del mundo...?

— Es posible. Tus amigos, compañeros caballeros con otros rangos. Inclusive los propios espectros de Hades podrían estar por ahí teniendo una vida normal. Puede que hayan despertado y puede que no. Deberías buscarlos, a tus amigos me refiero —le comentó ella con una triste sonrisa. Ikki asintió. Si aquello era verdad, un arduo camino por encontrar a su hermano y sus amigos y entender toda esa locura apenas estaba por comenzar.

Ambos se quedaron callados y de pronto un pensamiento llegó a la mente del bronceado: Si Pandora que ya estaba muerta para el momento en que sucedió la batalla con Apolo, estaba ahí con él, "despierta", entonces...

— Esmeralda —susurró de pronto. Pandora se puso de pie y le dio la espalda.

— A pesar de que no tenías recuerdos, me hablaste de ella cuando aún no habías "despertado". Se ve que era alguien importante para ti que incluso sin tus recuerdos de caballero vino a tu mente. Con sus rasgos físicos y su nombre me tomé el atrevimiento de buscarla también —Ikki se removió en la cama, nervioso—. Para mi sorpresa ella está aquí. La encontré hace cerca de un año. Vive al sur de la ciudad y tiene una florería. Tengo su dirección —ella se aproximó hasta una cajonera que estaba del otro lado del cuarto. Sacó una libreta, arrancó la hoja y se la dio—. Aquí es. Te escribiré la dirección de aquí para que puedas regresar por tus cosas, supongo que no querrás descansar más tiempo.

De la A a la Z Saint SeiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora