11 La verdad

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La verdad

La gata de Val se adaptó muy bien a su nueva casa y a su nueva familia. Nada más llegar, se restregó un poco contra las piernas de mi papá, durmió una siesta corta sobre el regazo de mi mamá y observó mucho rato al jitomate, como preguntándose sí era mejor comérselo o ignorarlo. Finalmente, optó por lo segundo 😥🤫 menos mal.

Le pusimos una manta en la habitación de Val, para que durmiera cerca de su dueña y sus cosas y así no extrañara nada.

Pero a los gatos les cuesta quedarse quietos en un mismo lugar y nunca duermen por las noches, de modo que la gata de Val decidió salir de excursión y acabó aquí en mi cuarto, claro seguro estaba buscando a Val no puede estar sin ella 😏. Y como yo tampoco podía dormir y no hacía más que preguntarme cuándo acabarían las cosquillas del estómago, no quería moverme para no sentir el cuerpo de Val, es que cuando la siento me da algo raro como cuando te tomas la gaseosa muy rápido y se van las burbujas al cerebro, bueno así no es es, pero es algo raro como eso, entonces me di cuenta de que tenía algo así como un calor extraño junto a mis pies.

Prendí la lucecita para ver y le hice señas a mamá (la gata) para que se echara más arriba a mi lado y así poder acariciarla, Val estaba rendida 🥰 se veía que dormía muy a gusto. La gata entendió y se acomodó a mi lado, ronroneaba mientras se echaba y yo comenzaba mimarle, olía genial muy rico, olía como a Val, pasé un rato acariciándola, creo que yo también ronroneaba jeje para comunicarme con ella, estaba feliz de tenerlas en casa. Entonces me di cuenta que llevaba un collar finito bien delgado, de color rojo estaba gastado, y se escondía en su pelaje, por eso nunca lo había visto, me fijé bien y tenía una plaquita con unas letras que decía {Super Niña}. Sí mis pensamientos hubieran sonado harían un sonido fuertísimo como una máquina de escribir sin parar y no hubiera dejado dormir a nadie. Bueno yo tampoco dormí de tanto pensar, de las cosquillas en la panza y la cosa rara si sentía a Val... Fue una noche fatal 🥴.

Por la mañana mientras nos despertamos aún calientitas en la cama, se lo pregunté a Val.

-¿Qué significa Super niña?

-Una super héroe, pues... como superman -dijo 😆.

-Tu gata lleva una placa con ese nombre 🙄.

-Creo que mi mamá la llamaba así. Por eso yo prefiero llamarla de otra forma 🥺.

-Mmmmm

Nos miramos sin pronunciar palabra 😔😏. Creo que las dos comprendimos muchas cosas. Val parecía un poco incomoda. La conozco muy bien: creo que estaba pensando lo mismo que yo. Se encogió de hombros, bajó la mirada y no dijo nada más. Y le cambiaron de color los ojos... se pusieron casi grises como cuando va a llorar, pero me puse a su lado y le di un abracito.

Aquella tarde, al volver del colegio, la ayudé a deshacer su equipaje. Fuimos colocando la ropa en los estantes del armario. Yo se la daba y ella la doblaba, porque se le da mucho mejor el organizar. Ya casi habíamos terminado cuando, de un bolsillo lateral de la maleta, cayó una fotografía. La recogí del suelo y me quedé como congelada del asombro. Era un chico pelirrojo, alto y pecoso. Lo reconocí enseguida, sin necesidad de mirarle mucho. Era Tormenta. Fue la pista definitiva, la que necesitaba para acabar de atar todos los cabos 🧐.

-Creo deberíamos hablar -le dije a Val.

-Creo que sí.

Busque dos vasos con leche achocolatada esto era un asunto serio, y hablamos. De hecho, de pronto ví claras muchas cosas. De algún modo, ya las había visto antes de que ella me las dijera. Pero fue estupendo que me lo contara todo, sin olvidar ni un detalle.

Cositas En Venta TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora