VIII

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—Connor es un a-
—Novio, soy su novio

Ernie sonrió levantando las cejas y salió de la habitación contendiendo una risita.

—¿N-n-novio? —Pregunto Aslan con un nudo en la garganta.
—Pues claro... —Respondió Connor con una sonrisa de lado— Oh... aunque entiendo que no- ya sabes no... quieras serlo
—¡No! No es eso solo me... ¿sorprendí? —Connor asintió—.

El castaño ayudó a Connor a acomodar sus cosas y después salieron los dos a su sala común donde estaba Ernie quien miró a Aslan, sonrió y levantó las cejas, cosa que obviamente hizo a Aslan sonrojar.

—Iré a la biblioteca
—Te acompañó.

El rubor de sus mejillas se hizo presente cuando el pelinegro entrelazó sus manos con las de el, su estómago parecía estar teniendo una fiesta de mariposas y sus ojos trataban de desviar la mirada.

—¿Qué vas a leer? —Pregunto Connor una vez llegaron.
—Oh, algunos libros sobre encantamientos, últimamente no se me da bien esa materia.

Una vez el castaño encontró el libro que estaba buscando se fue a sentar en una mesa un poco apartada de los demás, acompañado de cierto pelinegro.





El rubio salió de la sala común verde dirigiéndose a la biblioteca, no le gustaba leer pero disfrutaba de estar tiempo en la biblioteca, aunque inconscientemente deseaba ver a un castaño con rizos allí mismo.

Al llegar eligió su lugar favorito, siempre apartado de los demás, justo al fondo de la biblioteca. Logró ver los rizos del castaño en una pequeña mesa sentando, se acercó con una sonrisa inconsciente, ya estaba demasiado cerca cuando vio a otro chico junto a él, el mismo chico con el que el rizado estaba en el torneo. Quiso alejarse pero ya era demasiado tarde, el otro chico lo noto y enseguida saludo.

—¡Hey! ¿Nathan, verdad?
—Eehh, s-s-sí, soy yo —Dijo el chico sonriendo nervioso.
—¿Nathan?
—Eehh, ¿hola?
—Ven, amigo, siéntate con nosotros

Nathan asintió y se sentó en medio de los dos, el pelinegro le hizo algunas preguntas sobre la escuela y sobre el. El rubio sentía sus mejillas arder pero no se atrevía a pensar el porqué mientras el castaño moría de nervios y sentía la tensión en el aire.

—Voy por otro libro —Dijo Aslan rápidamente.

El castaño se levantó y se fue a un área lejana de la biblioteca, los otros dos chicos lo observaban irse.

—Y... bien...

El pelinegro acercó su silla a el rubio.

—¿Bien?... —Cuestionó el ojiazul con el ceño fruncido.

Sintió como Connor puso su mano en su pierna e iba subiendo sus manos poco a poco, el rubio tenía la cara completamente roja y se levantó rápidamente de la silla.

—¡¿Q-q-Qué haces?!
—Shhh, yo se que Aslan y tu tuvieron algo... tal vez con esto Aslan me podría pagar o tal vez tú puedas intentar lo que no pudiste con Aslan...
—Pero que... ¡Vete a la mierda! Aslan se enterara de esto.

El rubio corrió a buscar a su amigo, el chico estaba tranquilo buscando un libro pasando el dedo por la estantería de libros sobre historia de la magia.

—Aslan... Aslan debes de escucharme
—¿N-n-Nathan? ¿Qué pasa? Dime...
—Es Connor el...
—¿Qué pasa chicos? —Pregunto el pelinegro detrás de Nathan.
—Nathan quiere decirme algo... ¿puede escuchar Connor? —Pregunto inocente el castaño.
—N-n-No... ¿o si? Bueno el caso es que...

Nathan dejó su oración colgando pues el pelinegro se acercó al castaño y lo beso, Nathan estaba realmente perturbado, no por esa escena... en realidad no le incomodaba ver a personas del mismo sexo besarse, lo que le incomodaba a él era ver a Aslan y a Connor besarse.

—Vete a la mierda Connor...

Aslan se alejo del pelinegro sonrojado y cuando menos los espero el puño de Nathan estaba sobre la piel de Connor.

—¡¿Pero que...

SLYTHERPUFF©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora