El misterio de la luna

CAPITULO 4

CAPITULO 4

Los rayos de sol entraron por la ventana, mire el reloj, eran las 9:00. Decidí bajar a desayunar.

Bajando las escaleras, escuche que alguien estaba abriendo la puerta, no me dio tiempo ni a bajar totalmente las escaleras, cuando vi a mi padre entrar con una sonrisa de oreja a oreja.

Entro el primero y después entro Niall, con un hombre y una mujer. Mi padre me presento:

-          Hija mía, este es Louis  y su mujer Kimberly. Me acerque a ellos y les di dos besos a cada uno.

Mi madre me  dijo que  me vistiera, que iríamos a desayunar todos juntos.

Subí con Niall, ya que el iba a recoger sus cosas, porque hoy ya se iban a vivir a la casa de enfrente.

Cogí lo primero que pille, unos vaqueros un jersey marrón con rayas negro de manga corta (era mi preferido), una chaqueta vaquera y unos tenis del color de la camiseta.

Fui al servicio y me hice una cola de caballo alta. No tenía el pelo muy largo ya que me lo había cortado a finales de junio.

Fui al cuarto de mi hermano, para ver si  Niall necesitaba ayuda.  Pero ya había recogido todo y bajado, ¿Cómo podía a verlo hecho tan rápido? Yo solo había tardado 5 minutos.

Al volver andando, me puse a hablar con Niall, no era tan malo como creía.

Louis y Niall  se parecían mucho la verdad, los dos eran morenos, con los ojos verdes, en cambio, Kimberly era todo lo contrario era rubia, con los ojos azules y súper blanca de piel.

Llego la noche, ahora atardecía mucho antes, eran las 22:00 y ya estaba lista, ya me había duchado, cenado, había preparado la mochila para mañana lunes y me disponía a tumbarme en la cama a ver la televisión.

Escucho caerse algo y me desperté, eran las 6:30. Me había quedado dormida, pero la tele estaba apagada, habría sido mi madre, volvió a sonar, me asome a la ventana que estaba abierta como siempre, hacia una bonita noche, la luna brillaba como nunca. Me dio por mirar a varios lados y vi que en la casa del lado había alguien ya que se escuchaban ruidos.

En la casa del lado no vivía nadie desde  que la señora Martín  murió hace 3 años.

Decidí bajar a ver quién era.

Me puse la primera chaqueta que pille, hacia frio y no quería   que nadie me viera en pijama. Cogí las llaves de mi casa y el móvil.

Cuando salí de mi casa desbloquee el móvil y marque el número de la policía.

La puerta estaba abierta entre silenciosamente, de repente alguien me cogió por detrás las manos sin darme la posibilidad de darle al botón de llamada del móvil.

Me di la vuelta y le vi…