Capítulo 23:

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-Vale, ya es seguro. Lucía se ha ido.
Bueno querido diario, se que ni tú me caes bien a mi ni yo a ti, principalmente porque eres un diario y todo eso, pero va, da igual. Me llamo Álvaro, supongo que Lucía habla escrito quien soy más o menos. De todas maneras os doy una explicación rápida: soy el hermano de Dani. Esa explicación siempre me ha valido, aquí no claro, pero seguro que a ti sí.
Bueno diario, oye esto ya pesa, a lo que íbamos que escribo porque ayer paso una cosa y tengo la necesidad de contárselo a alguien, pero si se lo contara a alguien me llevarían a un psiquiatra y me etiquetarían como loco. Así que decidí coger prestado el diario de Lucia, quitarme esta culpa mediante la escritura y después eliminar las pruebas. Tranquilo, no eliminare el diario completo, solo mi parte. No quiero quitarle a Lucía nada, ella se porto desde siempre muy bien conmigo.
¿Cómo empezar? Hace unos pocos meses, cuando estábamos todavía en Málaga, pues se podría decir que el destino tenia marcado algo para mí, y al estar en el sitio y momento equivocado pues como quien dice, no se puede esquivar al destino. Y bueno, pues ese día me convertí en un sirviente de la luna.
Y ya sabrás que ayer hubo luna llena y, te imaginaras que pasa cuando hay luna llena. Si no lo haces te situare más o menos: ¿a que seguramente abras visto alguna película de crepúsculo? Seguro que sí, ya sea por tu madre, tu novia o tu hermana. Alguna te has tragado segura y ese en el mejor de los casos (en el peor de los casos las abras visto todas). Siento decirte que yo las vi todas y todas gracias a Lucía, a ella les encantan. Bueno pues esto es como los lobos esos que pesan un huevo, lo que pasa que yo soy mucho más guapo que esos ojos amarillos feos. Yo soy rubio con los ojos verdes. No nos desvariemos Álvaro. Lo que te quería contar es que como todavía no me controlo muy bien, ya que llevo poco tiempo siendo esta cosa, pues la cague un poquillo. El caso es que ayer llego Eleanor, la madre de Lucía, y me cambio un poco bastante los planes. Sabía perfectamente a qué hora salía la luna y que tenía que hacer y sobre todo donde tenía que ir. Pero como no, se me hizo tarde. Y mira que me hinche de correr pero me falto 3 minutos y lo hubiera hecho bien.
Tendría que haber estado en el bosque que esta después del parque, y allí buscar a la manada pero cuando la luna llego me pillo a la entrada del parque. Y ¿sabes lo peor? Lo peor es que me vio una niña. Claramente no me vio transformarme, pero me vio en forma de humano entrar corriendo al parque, supongo que le llame la atención y que por eso me persiguió. Y cuando llegó a alcanzarme ya era lobo. Se quedo blanca al verme. Claramente no sabe quien soy, pero que lo sepa una persona puede provocar que lo sepan varias y la gente le puede dar por ir en busca de los lobos y como nos pille se nos cae el pelo y no me quiero imaginar si supieran que somos hombres lobos. La niña vive por aquí cerca, se llama Yaisa creó y es la prima de una amiga de Liam. Tendrá unos 11 o 12 años pero es bastante alta para su edad, diría que es más alta que Lucía. Esta niña cuando me vio de lobo, tan cerca suya e indefensa se le vino el mundo encima o más bien la sangre a la cabeza y se desmayo. Entonces la cogí como pude y la arrastre hasta una zona segura y me fui en busca de la manada ocultando lo que había pasado. Como apenas llevo unos meses siendo lobo acabo mi transformación mucho antes que los demás. Así que nada más terminar me fui en busca de Yaisa, que acababa de levantarse cuando llegue.
-hey, ¿estás bien?- le pregunte
- si, no sé lo que me ha pasado. No recuerdo ni haber entrado al parque. Me duele la cabeza.
- será por el golpe que te has dado. Vamos, te acompaño a tu casa.
La lleve a su casa, que por cierto no había nadie. Sus padres estaban de viaje por trabajo o algo así me dijo, estaba bastante preocupado para concentrarme en lo que me decía.

Al día siguiente la llame para ver cómo estaba y en la conversación no dijo ni que me recordase estar allí ni a ver visto nada raro.

 Parece ser que no recuerda nada, ojala siga así.

Ya es tarde, así que Lucía ya mismo vendrá. Es hora de deshacerse de las pruebas, así que arrancare las hojas y las quemare en el poyete de la ventana de mi cuarto.
Parece ser que Lucía tiene razón y escribir aquí sienta mejor.

Espero no tener que volver a escribir aquí, pero algo en mi instinto me dice que sí.

Saludos

Álvaro.

El misterio de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora