𝐞𝐥𝐞𝐯𝐞𝐧

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──Maldita sea──

El fuerte sonido del pequeño jarrón y el estruendo de los pequeños trozos de vidrio rompiéndose, provocaron que el maldito dolor de cabeza que padecía, se intensificará aún más.

Si, realmente ese no era su día.

Miró todo el piso brillante por los pequeños trozos de vidrio, debía apresurarse y limpiar antes de que causara algún accidente, y quien saldría perjudicado no sería nadie más que él mismo.

YoonGi no había dejado de pensar en con quién pudo haber salido su amigo.

Si, quizás uno creería que era un psicópata comportándose de tal manera, pero la curiosidad lo estaba matando, y principalmente el saber el porqué le habría mentido.

Con cuidado, caminó hacia su habitación para colocarse unas pantuflas y no pisar el vidrio, luego regresó y tomó una escoba para comenzar a limpiar su desastre. Estuvo tan distraído, y molesto, que ni siquiera vio la pequeña mesa de la sala de su departamento, golpeándose el dedo más pequeño del pie, con una de las patas de ésta.

Dolía como el infierno.

Mierda.

Se sentía un maldito novio completamente celoso y desconfiado de su pareja, pero sin llegar a ser un pareja de verdad.

Una vez que había limpiado en su mayoría, escuchó el suave tono de su celular, indicándole que tenía una nueva llamada. Sin ver de quién podría tratarse, contestó.

──¿Qué?, estoy ocupado──

Pensando en SeokJin.

Odiaba a su consciencia.

─Enano gruñón, soy yo──

──NamJoon── Al reconocer la voz, su pequeño enojo desapareció casi por completo. Dejó la escoba a un lado y se recostó sobre su sofá. ──¿Qué pasó?──

──Acabo de salir de una reunión con los productores, el jefe y el mánager de ese chico──

Suspiró algo aliviado de que por fin se diera la tan dichosa reunión, sólo esperaba de que ésta vez fueran buenas noticias, para él.

──¿Y?──

──Qué tenemos un problema──

Soltó, ésta vez, un gruñido enfadado. Claramente no eran buenas noticias, después de todo, tampoco se esperaba mucho de la persona que le había pedido la colaboración.

──¿Y ahora?, ¿qué demonios quiere ese mocoso?──

Lo odio.

──Bien, para empezar; si aceptó tus condiciones, bueno, casi todas, porque después de eso, él puso una y yo sé que no te gustará──

──¿Qué tipo de condición?──

El simple tono y sus palabras ya le indicaban que la situación sólo tomaría un camino muy molesto y desagradable.

Odiaba a Park JiMin.

──Quiere conocerte en persona──

──¡¿Qué?!── Dio un pequeño brinco en su sillón, adoptando una mejor posición para que su espalda no doliera tanto. El pequeño grito causó que un tierno perrito de color café levantara la cabeza curioso de donde se encontraba recostado. ──Creí haber dejado muy en claro mis condiciones, aceptaría la maldita colaboración pero no permitiría que bajo ninguna circunstancia hubiera algún tipo de reunión entre nosotros. Ese idiota me tiene más que harto──

𝐫𝐨𝐜𝐤𝐬𝐭𝐚𝐫  |  kookjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora