𝐟𝐨𝐮𝐫𝐭𝐞𝐞𝐧

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Dio un profundo bostezo como por quinta vez en esa media hora.

Necesitaba con urgencia un café que pudiera despertarlo.

O una cómoda cama para dormir.

Caminaba en silencio y con demasiada pereza por los silenciosos pasillos de la universidad.
No era demasiado temprano como para que se encontrara así de desolado el lugar, pero debido a las clases tan importantes que se acercaban, casi todos los estudiantes estaban presenciando cada una de ellas, causando que todo el lugar esté como si fuese algún tipo de desierto.

Aunque, el encontrarse solo era un gran milagro para SeokJin, podía estar relajado sin que se chocara al caminar con otras personas o tuviera que escuchar conversaciones ajenas y para nada importantes.

Y también porque podía caminar y sumergirse perfectamente en sus pensamientos.

Soltó un suspiro pesado, abatido y hasta triste, una vez se detuvo al frente de una de las grandes ventanas que adornaban y alumbraban el pasillo de la universidad. Desde que había llegado a su departamento después de aquella cita con su mejor amigo no pudo dejar de pensar en JungKook.

El muy idiota estuvo allí y llevó a alguien más, incluso estaba muy seguro de que llevó a esa persona a su hogar e hicieron cosas que su mente no quería procesar.

Negó rápidamente con la cabeza, espantando cualquier imagen mental que su cerebro utilizaba para molestarlo aún más.

Estaba triste, y no podía mentir, lo admitiría al mismo JungKook si es que volvía a verlo. Está demasiado triste por suponer que quizás la persona que alguna vez odió sin razón alguna, se fijaría en él y ahora tenía alguna oportunidad con tal celebridad. Pero cuán equivocado estaba.

Ese idiota es igual que cualquiera. Finge para obtener lo que quiere, y es justo como lo imaginé, un inútil que se la pasa más en fiestas, emborrachándose, drogándose, y que te bota cuando ya no le importas.

Bueno, ahora estaba molesto.

Metió una mano dentro de su bolsillo para sacar su celular, quería salir, quería distraerse, pero no sabía con quién; con JungKook obviamente que no podía, y con YoonGi las cosas estaban muy raras.
Después de aquella cita, sentía que algo raro estaba ocurriendo con su mejor amigo, pero Min no parecía contar nada más allá de lo de siempre.

Guardó nuevamente el celular en su bolsillo. Era un desastre, ahora también lo recordaba, tampoco tenía muchos amigos, y sus compañeros de clase no eran personas con las que podría salir, muy pocas veces hablaba con ellos de cosas que no fueran relacionadas con la universidad.

Caminó hacia la entrada del establecimiento, tenía que ir por algo rápido para comer y luego regresar, las clases se estaban poniendo muy pesadas.

Una vez estuvo fuera del establecimiento, al bajar por las pequeñas escaleras de la entrada, vio algo, o mejor dicho, vio a alguien que ya le era similar. Sentado en los escalones, con su celular en una de sus manos y un cigarrillo en la otra.

──¿Qué haces tú aquí?── Se detuvo en el último escalón, viendo como el chico levantaba la vista hacia él. ──Sabes que es peligroso para tu reputación── No tenía ánimos de hablar con Jeon.

Sin decir nada más y mucho menos esperar a que el peli negro respondiera algo, se alejó de él, cubriendo su cuello con una bufanda del frío. Poco le importaba si aquel chico lo seguía, se quedaba allí o se iba a cualquier otro lado, estaba decepcionado.

JungKook rápidamente se levantó del escalón de la entrada, corriendo detrás del lindo chico de labios gruesos.

──¡Espera!── Una vez llegó a su lado, esperó que Seok se detuviera o mínimo le diera alguna mirada, sin embargo nada de eso ocurrió, Jin simplemente lo ignoraba fijando su vista en el camino. ──Sólo, venía a verte como estabas, estaba preocupado, no respondiste ninguno de mis mensajes──

𝐫𝐨𝐜𝐤𝐬𝐭𝐚𝐫  |  kookjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora