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Jimin y Jungkook eran los más desesperados, o mejor dicho, los más necesitados por llegar a su destino y perderse en la piel del otro.

Pero también existía la tentación por iniciar con la diversión antes de llegar al hotel.

Ambos se miraban con lujuria, sin necesidad de palabras sabían que se deseaban mutuamente, y no sólo desde hace un par de horas, no; el deseo venía de tiempo atrás pero jamás lo habían confesado por respeto a sus actuales parejas.

Pero en estos momentos eso era lo que menos importaba, las reglas habían sido claras.
Y nada de esto traería consecuencias después.

Jimin paso su lengua por su labio inferior provocando más al pelinegro.
Éste llevó su mano a su entrepierna y dio un ligero apretón al sentir esa corriente correr por toda su espina dorsal al ver lo provocativo que era su acompañante.

Park llevó su mirada por todo el cuerpo del contrario hasta llegar a su pantalón y notar la erección que mostraba su pantalón.
Sonrió satisfecho y por último mordió su labio.

-Puedo ayudarte - su voz era distinta a cuando se encontraban con los demás.

-¿Si? - sonrió.

Se estacionó a un costado de la calle y apagó el auto.
Cortaron la distacia con lentitud y el beso solo fue el inicio de sus juegos.

Sus lenguas se encontraban y empezaban una guerra sin fin.
Sus manos jugueteban por todo su cuerpo hasta perderse en si.

Jimin llevó su mano hasta la camisa de Jungkook y la deslizó por todo su torso hasta dar con su pantalón.

Acarició su entrepierna logrando así que el pelinegro comenzara a jadear sobre sus labios.

Sus labios al estar juntos era una guerra sin fin.
En ese pequeño espacio se podía escuchar los chasquidos y los gemidos que provenían de placenteras caricias.

La pequeña mano de Park hacia leves presiones por encima del pantalón, robando suspiros y logrando una gran erección.

Con lentitud quito el botón y bajo el cierre metiendo su mano por debajo de la delgada tela.

Jungkook al sentir se alejó de sus labios y recargo su cabeza sobre el asiento, disfrutando de las caricias de su amante.

- Oh si ~

Jimin inclinó un poco más su cuerpo hasta dar con la erección palpitante del pelinegro.
No dudó un segundo cuando ya lo tenía entre su boca dando un mejor placer al chico que gemia por lo bajo.

- Demonios Park... ~Ahhh eres increíble - sujeto su cabello y lo ayudó con los movimientos sintiéndose ya en la gloria.

Era un total delirio sentirse de esa manera.

Ambos deseaban estar en esta situación sin ningún remordimiento alguno.
Solo siendo ellos dos.
Solos, donde nadie pudiera juzgarlos por lo que sentían el uno por el otro.

Solos donde nadie pudiera interrumpir los...

Y así fue hasta que escucharon una patrulla acercarse.

De inmediato Jimin se incorporó en su asiento, acomodo su cabello y limpio sus labios.

Jungkook arreglo su pantalón junto a su camisa y calmo su respiración al sentir los pequeños golpes que daban sobre el cristal.

¿JUGAMOS? ⚡«BTS»💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora