Magic Rises// Zodiaco

✣ 1. the beginning ✣

Phillip estaba emocionado, un nuevo año en la escuela de magia era maravilloso, dejar atrás la gran ciudad para poder volver a Hogwarts tras las vacaciones de verano. Aquella vez sus primos pequeños habían llegado para quedarse los tres meses con él y apenas dio para atenderlos a todos, drenaban tanto sus energías que lo único que quería en ese momento era una buena poción de sueño y dormir durante toda una semana. Pero tuvo que conformarse con una taza de café y lo que sobró del desayuno de aquellos tres torbellinos con piernas.

Caminaba entre las personas del andén, buscando el vagón al que subiría, bueno, más bien estaba buscando la cabeza de Virley apoyada sobre el cristal del vagón al que subiría, de seguro había llegado temprano y estaba aprovechando para dormir mientras él no llegaba, como hacía todos los años. Virley y Phillip eran amigos desde que se conocieron el segundo curso en un torneo de quidditch en el que Virley jugó por primera vez. El problema es que el chico todavía no controlaba bien su escoba y terminó por salir disparado hacia las gradas en las que estaba en público, aterrizó justo encima del joven de ojos oceánicos, casi partiéndole el brazo izquierdo.

Al final, los dos días que pasaron ambos en la enfermería sirvieron para llegar a dos conclusiones. 1. Virley no debía volver a jugar al quidditch hasta que aprendiese a volar como era debido, o incluso mejor, no debía volver a jugar nunca. Y 2. Que aquellos muchachos podrían llegar a comprenderse bastante bien hablando. El menor de ambos era mucho más activo, hablaba más y preguntaba cosas nuevas constantemente, para sorpresa de Phillip, ninguna de sus preguntas era en base a los exámenes que había estudiado, por lo que responder se le hizo más complejo de lo que pensó en un momento. Eso mismo fue lo que le hizo querer seguir hablando con él, el mero hecho de poner a prueba su conocimiento.

Y un par de años más tarde allí estaba él, buscándole al lado del tren que no tardaría más de veinte minutos en arrancar. -Como pierda el tren por esto... -Hablar consigo mismo era una manía que había adquirido también tras años en la escuela, refunfuñando cuando algún profesor no le dejaba responder o ganando una pelea en la ducha para sí mismo una vez la verdadera ya había terminado días atrás. Siguió caminando sin detener su mirada.

Sintió la frustración aparecer al haber recorrido ya todo el tren pero no haberle encontrado ¡solo quedaban 20 minutos! Más le valía estar por allí cerca o se meterían en un lío al no poder llegar a la escuela. Fue entonces cuando reconoció a alguien acercándose al tren. -¡Tyler! -Se apresuró al ver al joven Hufflepuff caminando con sus pertenencias tranquilamente.

Tyler Clive era famoso por ser el capitán del equipo de los tejones desde el segundo año de escuela, era realmente bueno y nadie hasta el momento le había quitado su puesto. A su lado iba la joven de cabello castaño que siempre le acompañaba con una sonrisa; Phillip no la conocía pero no pudo evitar sonreír de vuelta cuando ella le saludó. -Hola, Phillip ¿entusiasmado por el nuevo año? -Preguntó Tyler con amabilidad.

-Sí, mucho. - En verdad ellos dos no tenían mucha más relación que haber sido ambos voluntarios para preparar una excursión para los de primer año el curso anterior. Únicamente habían pasado una semana juntos pero trabajar con Tyler no se le había hecho complicado, era un chico agradable; bueno, pues claro que lo era, se trataba de un Hufflepuff. -¿Has visto a Virley?

Tyler negó levemente. -No, acabamos de llegar. -Echó una rápida mirada hacia el lugar.-¿Quieres que revise por si está dentro del tren? Te avisaré de inmediato si lo vemos. -Phillip asintió, aquello era una mejor idea que quedarse él todo el tiempo buscando al muchacho de ojos castaños.

-Sí, gracias. -Tyler le ofreció una sonrisa para luego encaminarse al vagón. La chica que iba con él sonrió de igual modo hacia el chico de ojos azules. La había visto más veces a su lado, junto a otro chico Hufflepuff. No es que hubiera estado espiando a Tyler, simplemente le gustaba tener el control de la situación cuando pasaba tiempo con alguien y eso suponía conocer un poco su entorno; aunque como su estancia juntos fueron solamente un par de días, no se molestó en aprenderse nombres o relaciones personales. -¿Dónde está el otro?