ʚɞ~﹝¹﹞~ʚɞ ᰪ corregido.

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Alexby estaba saltando de charco en charco con sus botas azules. Los días de lluvia eran lo que más le gustaba en todo el mundo además de su precioso Jimmy. Tarareaba una melodía ochentera mientras escuchaba el sonido de las gotas al impactar en su paraguas blanco, la acera, los vehículos y parte de los establecimientos. Simplemente era una combinación relajante, y el petricor que llegaba a sus fosas nasales era la droga más adictiva que podía llegar a consumir.

Su abrigo impermeable azul le protegía del temporal natural pero parte de su pantalón-más precisamente a la altura inferior a sus rodillas- estaba mojado por los constantes saltos que daba.

Si bien era dicho por ahí que el de ojos chocolate era muy precavido y daba muchas órdenes, cuando estaba solo le gustaba hacer escenitas para él. Le encantaba descansar un poco de ser tan autoritario y correcto. La lluvia... era uno de esos momentos en los que junto con aquellas tiras del temporal, fluía su verdadera personalidad.

Delante suya, divisó algo interesante y no dudó un mínimo segundo en acercarse con saltitos hasta una zona con lodo. Una ruidosa rana comenzó a saltar, iluminando sus ojitos por debajo de su casco.

—Eh, moquito saltarín.— La tomó en sus manos, dejando reposar su paraguas entre su hombro y parte de su cuello.—Te llamaré Chupo, serás mi compañero en esta aventura.— Sonrió, aunque su gesto fuese invisible para todo aquél que no sea él.

Se levantó y dejó al anfibio en el suelo, saltándole y poniéndose de cuclillas con las manos en el suelo para que la rana lo imitase, como si se tratase de un perrito.

—Bua, eres un aburrido.— Murmuró cansado de esperar a que el animal saltase sobre él, como el típico jueguito de los niños de saltarse los unos a los otros.

Se levantó y sacudió sus manos, tomando al animal saltarín y posándole en su hombro.

—¿Tienes hambre Chupo? ¿Te gustan los insectos o prefieres algo así como una lechuga?.— Le habló aunque sabía que no le entendería ni le respondería.—En casa tengo unos cultivos con los que alucinarás, también puedo cazar bichitos viscosos y feítos para llenar tu linda pancita.— Murmuró.

Únicamente escuchó a la rana croar en respuesta pero eso le fue suficiente.

Siguió su camino tarareando hasta que observó a un extraño sujeto de cabellos castaños parado en mitad de su recorrido. ¿Era un loco? ¿Qué hacía sin paraguas? ¿Acaso no tenía el suficiente dinero para pagar el agua?.

Aclaró su garganta a medida que se acercaba hacia esa figura de ropas totalmente empapadas.

—Disculpe.— Optó por emplear un tono suave, pues no le conocía como para regañarle por quedarse parado allí.

Su mirada se levantó y juró por todo el amor a su madre, que jamás vio dos esferas amarillo limón tan lindas como aquellas que tenía justo en frente de él.

—¿Si? ¿Qué pasa?.— Su voz en respuesta fue suave, algo triste.

—Hombre, ¿acaso vives en Marte? Estás empapándote.— Le señaló, con obviedad.

—¿Esto? No importa, es un poco de agua.— Sonrió lastimero, dirigiendo su mirada hacia sus temblorosos brazos.

Alexby suspiró pesadamente, analizando mejor las facciones del contrario... Parecía haber estado llorando. Es como si hubiese salido afuera en busca de que la lluvia borrase los rastros de su tristeza.

—Pareces un pájaro mojado...— Sonrió, aunque nuevamente nadie pudiese verle.—En fin, tengo un compañero algo impaciente, ¿sabes?.— Señaló su hombro, en donde la rana volvió a hacer gesto de presencia con su croar.—Así que seré breve y directo. Hazle un favor a tus seres queridos y regresa rápido a casa, atolondrado. Deben estar preocupados por ti.— Posó su paraguas blanquecino en el hombro del contrario y comenzó a saltar nuevamente de charco en charco, sin voltearse hacia atrás.

—Bueno Chupo, a casita.— Informó ya bastante lejos.

















Rain › დFARGEXBYდ || PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora