ʚɞ~﹝⁹﹞~ʚɞ ᰪ corregido.

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—¡BASTA!, ¡ESTOY EXHAUSTO!.— Rió entre gruesas lágrimas el despeinado pelinegro.

Estaba cansado de tener sueños o más bien pesadillas relacionadas directamente hacia a sus inseguridades y complejos físicos. ¿Tan difícil era desear dormir sin soñar o soñar y no recordar como le sucede a la gran mayoría de las personas?.

Se hincó sobre su cama y jaló de sus cabellos por un buen rato tratando de apartar todos esos pensamientos corruptos, aunque conocía el resultado de sus esfuerzos al final del día.

. . .

—Niva, ¿quieres dejar eso un poco? Me distraes.

Fargan le dio un par de vueltas a su bolígrafo, mirando al niño corretear con su creeper a control remoto. Simplemente ese regalo era el peor que pudo haberle hecho al pequeño, pero el lado bueno era que le mantenía entretenido hasta que pidiese un intercambio de baterías.

—Tú te distraes solo.— El albino con degrades castaños se sentó a un lado de su mayor, dejando su juguete sobre la mesa. —Estás hace casi una hora atascado en la palabra interés, me decepcionas.— Le sacó la lengua, para luego proceder a mofarse.

Niva era su hermano menor aunque no se pareciesen en casi nada. El chico cercano a cumplir los trece era listísimo, que envidia.
Su cabello estaba recogido en una pequeña trenza con algunas plumas al final del dichoso Búho nival, el favorito de su mamá. Y su vestimenta era casi por completo oscura aunque tal como su hermano, le gustaba usar prendas con diseños a cuadros.

El pequeño se encontraba en el departamento del mayor ya que su madre tenía unos asuntos importantes que atender y ésta no quería que Niva o Nai-como se llamaba realmente aunque Fargan prefiriese más su apodo- se quedase solo en su hogar por quién sabe cuánto tiempo.

—Ah, ¿encima te parece graciosa mi desgracia? Te apuesto a que tú no podrías escribir nada mejor, niño tonto.— Le sacó la lengua de la misma forma, provocándole.

—Dame unos tres minutos e improvisaré algo mucho más fresco que estos dos tristes párrafos que has escrito tú.— Sujetó con rabia los escritos de su hermano y su bolígrafo, posándolo detrás de su oreja mientras le echaba otra leída al texto.

Bueno... no era malo hacer algo de trampa en esto, ¿verdad?. Fargan quería que todo estuviese perfecto, así que cualquier ayuda extra le venía como paleta de helado en pleno verano. Y también, él había realizado la base. Por lo que, cualquier obra maestra que escribiese su hermanito se debía en parte a lo que él había escrito previamente.

—Ya te estás tardando... Si te apresuras, luego te compro otro de esos juguetes a control remoto y también...— Posó sus dedos sobre el antifaz del animal nocturno. —Jugamos un rato fuera, yo seré el búho, ¿estás de acuerdo?.

Los ojos del menor brillaron con determinación mientras llevaba su mano hacia el bolígrafo y tomaba una hoja nueva para comenzar a escribir durante un total de tres minutos seguidos con un pulso torpe y desprolijo, pero muy confiado.

—Vale, ya está. Pásalo con tu letra, encárgate de que la presentación sea simple pero agradable a la vista, eres bueno con eso de los detalles... Me voy a por mis botas y por mi abrigo, ¡no te tardes demasiado, Loser!.

Niva era irritantemente útil...

. . .

—Rubius, ¡me arruinaste el puto espejo!.— Sí, todavía no había entrado en razón.

Lo hice por tu bien y sé que tú también lo sabes, Lely.— Se oía el ruido de una bolsa de patatas por lo que probablemente su amigo estaba muy cómodo comiendo.

—Tú me pagarás el espejo nuevo.— Gruñó.

No habrá espejo nuevo.

—¿Quieres morir?.

¡Sí!, sí quiero porque Vegettita no me hace caso... ¡pero eso no viene al asunto!.— Hubieron unos segundos de silencio incómodo hasta que nuevamente se escuchó el ruido de ese paquete, seguido por su voz. —Escúchame, te guste o no vas a aprender a lidiar con tus inseguridades así como yo he aprendido a hacerlo gracias a-... gracias a mi... ex.— Se escuchaba dolido.

—Tío, ustedes dos dan más vueltas que una calesita.— Susurró el más bajo.

Escuchó la vaga y triste risa del rubio albino del otro lado de la línea.

La mayoría de las veces fueron porque hago bromas muy pesadas, lo reconozco...— Suspiró él. —Pero se supone que si ya me conoce, debería saber cómo soy, no lo sé, hay una parte en la que todavía debemos trabajar juntos.

—Problemas de la vida en noviazgo, no lo entendería.— Alex se tranquilizó un poco y se echó sobre uno de sus sofás.

Exactamente.— Probablemente asintió. —Cambiando de tema... no sé si esto cuenta como algún tipo de Spoiler pero, creo que hoy estás de suerte.— Su tono cambió a uno juguetón.

—¿Por qué lo dices?.— El azabache subió una de sus cejas.

Digamos que alguien estuvo hablando conmigo y... bueno, en teoría hoy deberías recibir algo especial en el transcurso de la tarde.

—¿Con quién hablaste? Dime, ¡ahora tengo curiosidad!.

Es un secreto, uno demasiado bonito a decir verdad...

—Te odio...

¡Hasta la próximaaa!.

Uno, dos... tres vacíos pitidos sonaron hasta que Alexby también colgó, ahora realmente intrigado y olvidándose un poco de sus problemas.


Rain › დFARGEXBYდ || PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora