Rain › დFARGEXBYდ || PAUSADA

ʚɞ~﹝¹⁰﹞~ʚɞ ᰪ corregido.

Oh no, oh no, oh no... Esto era una broma, ¿cierto?.

Fargan no podría fijarse en alguien como él jamás. Y también... es imposible, la carta llegó a su domicilio y el no tiene esa información en sus man-...

—¡El cerdo de Rubius!.

Eso parecía encajar, el albino sabía del presente así que por lo tanto, él fue quien le pasó su dirección al castaño. ¡Pero no! ¡Seguro se compincharon para jugarle una broma pesada!.
...Una broma pesada y muy, demasiado cruel.

Observó el pequeño ramo algo empapado que venía junto a ese ya abierto sobre y lo tomó, con una mueca.

Sentía cosas por Fargan, sí, ese hecho era indiscutible, pero... no sentía que él mismo valiese la pena. ¿Y si lo lastimaba por culpa de sus afiladas inseguridades? ¿Y si se aburría? ¿Y si él no resultaba ser lo suficientemente bueno?.

Sentía que no estaba a su altura. Fargan merecía a alguien mejor. A alguien más seguro de sí mismo y con mejores hábitos. ¿Y él qué tenía para ofrecer...? Exacto; Simplemente un vulnerable corazón, unos ojerosos y llorones ojos, unos partidos, secos y ásperos labios de los que sólo se oyen quejas y problemas, unas lastimadas, pálidas, delgadas y frígidas manos que lo sujetarían débilmente hasta que decida soltarse de su tacto y marcharse...

Sus pulsaciones se hicieron pesadas y dolieron dentro del recoveco de su pecho en el que se hallaba su corazón. Cada malditamente precioso pero riesgoso momento a su lado lo valdría, por supuesto, pero sabía que no podría soportar infringir o recibir otro daño más.

¿Arriesgarse o no? ¿la carta resultará ser un doloroso pero bonito engaño o una dulce verdad?.

Alex dejó el ramo y fue a por una simple hoja y un bolígrafo, que tras un par de intentos logró hacer funcionar. Fargan-aunque todo esto resultase en una farsa- merecía saber la única verdad que tenía para escribir con su temblorosa caligrafía.

Y por si se lo preguntan... Sí, Alex quería sentirle en su corazón, quería observarle hasta el cansancio, quería entregarle cada uno de sus besos y aprender a expresar algo más que únicamente disgusto propio o por el mundo, quería... sujetar su mano y acariciarle hasta que ya no quedase más, quería arriesgarse, aunque resultase ser la última vez esta primera vez.

...Sin embargo, antes de tomar la rosa, debía deshacerse de unas cuantas espinas.