ʚɞ~﹝¹¹﹞~ʚɞ ESPECIAL • RUBEGETTA ᰪ corregido.

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Breve aclaración: Éste capítulo es un a continuación del anterior pero desde el punto de vista de la pareja mencionada arriba. (He querido hacer algo para agradecer mi primer, segundo y tercer k aquí. Infinitas gracias por leerme y gracias por todo el apoyo que me dan cada día, es muy sorprendente, bonito y significativo para mí saber que les gusta lo que aún escribo pese a que me tarde demasiado en esto. Tengan un bonito día, tarde o noche ♡) los aprecio mucho...
–Purpurine.

•˚̩̥̩̥˚̩̥̩̥𝓔𝓼𝓹𝓮𝓬𝓲𝓪𝓵 𝓡𝓾𝓫𝓮𝓰𝓮𝓽𝓽𝓪 ˚̩̥̩̥˚̩̥̩̥•
💜 ¡E͙m͙p͙e͙c͙e͙m͙o͙s͙! 💜

Un azabache de cabellos en punta se encontraba barriendo la sala que daba a la cocina mientras un chico de piernas largas se hallaba regado en el sofá gris del medio escribiendo con sus pulgares sobre la pantalla de su móvil con suma velocidad, absurdamente concentrado en esa labor.

El día estaba fresco así que la hoguera estaba prendida, brindando un ambiente mucho más cálido en aquella gran mansión.

—Veg.— El de orejas llamó al mayor, sentándose de forma en la que sus pies con sus medias de osos kawaii tuvieron contacto con la suave alfombra.

El de ojos color berenjena escuchó el llamado y suavemente se acercó al contrario, sentándose con la escoba a un lado suyo.

—¿Qué quieres?.— Su respuesta es fría y su pareja sabe el por qué muy bien pese a que Vegetta no siempre sea fácil de leer. —Por si no lo has notado, estoy ba-

—Ya sé que quieres ayuda, sé que parece que te estoy ignorando pero no es así.— Le interrumpió. —Quiero... mostrarte algo y quiero tu más sincera opinión.— Muerde su labio inferior con sus paletas, gesto que para el contrario no pasa desapercibido y le intriga.

Cuando Samuel está lo suficientemente cerca de su cuerpo, escucha cómo Rubén deja salir todo el aire y le extiende su móvil antes de proceder a cubrirse su rostro con sus manos.

—Esto... ¿Interrumpiste MIS quehaceres domésticos para mostrarme fotos de un barco?.— Su entrecejo se arruga, claramente le parecía que su pareja le estaba tomando el pelo para evitar ayudarle.

—El barco, sí... ¡Dime tu opinión de ese barco!.— Descubre sus ojos los cuales parpadean como dos luciérnagas, mientras sus pies se mueven de forma inquieta disfrutando del calor que le llega a su cuerpo.

—El barco... no lo sé, es un barco. Es lindo, sí.— Su respuesta es vaga pero es lo único que le basta al de mechas entre areniscas y nevadas.

Rubén se permite estirar sus brazos en dirección a su chico y envolverlo como un tenedor al spaghetti.
Sus brazos son largos y finos, pero su calidez y su sentimiento son únicos. Para Samuel no existen abrazos iguales; abrazos tan llenos.

—Suelta esa escoba. Luego barro yo, tontito.

. . .

Para empezar, no sabía ni para qué había dejado a Rubén entrar a su casa siendo que ellos dos estaban peleados.

El asunto era confuso hasta para él pero, cree recordar que todo empezó una vez más porque el sentido del humor de Rubius es algo extravagante y hay lugares y situaciones en las que sus comentarios están demasiado fuera de lugar. Siendo éstos, los culpables de dos de sus rupturas y con la reciente tres, ¡porque si! ¡recientemente habían roto por lo mismo...! ¡Porque ese chico es demasiado locuaz cuando se lo propone!.

Cuando conoció al de ojos jade por primera vez quiso creer que todo sería perfecto, que todo saldría bien... pero lamentablemente las ilusiones son sólo eso, ilusiones. Y para cuentos perfectos, existen los libros.

Rain › დFARGEXBYდ || PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora