Rain › დFARGEXBYდ || PAUSADA

ʚɞ~﹝⁵﹞~ʚɞ ᰪ corregido.

—Auron.— El castaño se recostó en uno de sus sofás. —¿De casualidad conoces a un tal Alexby?.— Preguntó curioso ya que su amigo conocía a medio mundo.

—¿Conocerlo? Le he visto en más de una ocasión en el juzgado.— Se estiró en el suelo. —Es un oficial, uno muy correcto y amante de las leyes... en resumen, es un aburrido pero no digas que te dije esto porque tengo una reputación que mantener.

—¿Reputación? pero si tú te dejas comprar por cualquier cosa.— Carcajeó.

El de piercings sonrió.

—Bueno... cualquiera puede hacer la vista gorda a cambio de ciertos intereses.— Se defendió. —En fin, volviendo al tema principal, ¿de dónde conoces tú al enano?.— Su mirada viajó hasta la de su amigo.

—Una tontería... me regaló su paraguas porque me quedé pensando bajo la lluvia. También me retó y me llamó atolondrado.— Alzó sus hombros restándole importancia al asunto. Aunque simple y verdaderamente, recordar esa sola escena le conmovía muchísimo.

—Interesante... parece que estoy escuchando la introducción mala de uno de esos libros que leen las adolescentes hoy en día.— El de mechón rubio se sentó en una mejor postura. Luego procedió a cambiar de tema. —Alexby es muy pulcro y autoritario, no creo que te convenga interactuar demasiado con él, se ve como el típico que a la primera que haces algo mal, te quiere mandar a la mierda. Por lo poco que le conozco, puedo decirte que tú y él son de mundos completamente diferentes.— Se llevó una de sus manos a su barbilla.

—¿En verdad crees eso? Me lo he cruzado hace un par de días y la verdad que él es... Es algo diferente a lo que me cuentas.— Se levantó a por unas galletas. —Diría que hasta es lo contrario a reacio.

—Estoy seguro de mis palabras, puerco. Cualquier buen trato pronto podría ser reemplazado por una patada directa a tu trasero.

· · ·

—Te lo he dicho, tarde o temprano estas cosas te pasan factura...— Se sentó en la única silla de la habitación, arrastrándola hacia la camilla.—Es triste que no hayas podido ver lo que yo vi, pero es más triste aún que hayas permitido que siguiese pasando.

Sus ojos amarillos se cerraron unos cuantos minutos, pensativo.

—Sé que no soy un buen ejemplo para decir todo esto porque yo ando haciendo de las mías sin ningún rumbo, pero... Papá, tomaste decisiones muy egoístas.— Murmuró.—Aún así te quiero, y yo... Lo siento, siento tanto que esto haya acabado así...

Sus mejillas se empaparon, como si tuviese un día lluvioso sobre su propio rostro. Pero aún así, sujetó la mano del contrario con todo el amor del mundo, incluso si una manta le tapaba por completo y su calor corporal ya no existiese.

Su corazón se hallaba completamente roto pero de alguna manera allí seguía, parado en esa silenciosa habitación en la que lo único que reinaba era su llanto de melancolía y dolor.