Bueno en fin, bienvenidos a mi circo.
Esto es algo que pasó hace un par de años y medio, pero el por qué lo cuento ahora...solo me sentí con ganas de hacerlo. La verdad, son de esos temas que podría hablar en bucle y reflexionar durante horas, pero no tengo a nadie con quien hacerlo. También me gustaría llorar al respecto, pero tampoco me siento capaz.
En fin. Yo contaré como me sentí, y ciertas cosas que opino al respecto. Creo que no me va a resultar difícil ser objetiva en lo que tenga que serlo.
Esta historia no empieza en Enero de 2018. Técnicamente empieza en Agosto de 2017. Entonces yo empecé a salir con un chico, al que vamos a llamar Sapo. No questions asked. El tema es que yo soy muy de relaciones a distancia.
El tema, este chico vino a Madrid a conocerme en Enero de 2018, tras unos meses de relación (casi 5) y realmente nada salió como esperé pero no fue por su culpa. Yo tenía mis planes para aquellos entonces, tenía mis ilusiones, y tampoco estaba pasando por el mejor momento, se puede decir que no había llegado lo realmente duro, pero esa ilusión, ese destrozo, fue un golpe realmente duro en toda la marabunta que vino después.
Para poder hablar de esto no nos podemos solo centrar en el hecho, lo digo porque el hecho en sí es un absurdo, pero, me parece que, quitando que cada uno lo podría asimilar esto a su manera, yo tenía otros añadidos.
Yo y él teníamos una relación bastante agradable. Él se había vuelto un refugio para mi. No sé si ya lo he contado, pero mi madre siempre ha encontrado un objeto para hacerme machaque emocional, pero yo podía hablar con él de ello, y ella lo sabía, así que me lo reprochaba e intentaba quitarme el móvil a la mínima.
Él venía ante todo para estar conmigo, pero no íbamos a estar quietos y habíamos programado lo que más o menos íbamos a hacer. Y, si no sois tan inocentes, entre una de las cosas estaba mantener relaciones.
A mi me da igual como lo veáis, pero para mi, no se puede controlar cuando un hijo tiene sexo, porque no va a tener para nada un efecto positivo. PARA NADA. O sea, si alguna vez tenéis hijos, nunca os planteéis la opción de hacer cualquier cosa para cumplir vuestros propósitos porque a la larga va a ser peor.
En fin. Yo llevaba bastante tiempo, como hago con todas mis parejas, mentalizándome por si algún día llegaba el "gran día". A pesar de que eso no fuera a pasar en ese entonces, a pesar de que nunca pasara.
Además, no era idiota, si alguien me invita a subir al hotel, de verdad no hace falta tener muchas luces para saber que va a pasar.
El tema es que, subí con él al hotel. Al primer día, yes, pero antes de que podáis decir nada, ni siquiera estábamos haciendo nada malo, si es que al sexo se le puede llamar "malo".
De todos modos, mi percepción de la virginidad era y siempre será la misma: es un obstáculo al disfrute, un filtro de inseguridades y estándares en una primera vez. (Claro que cada uno puede verlo como quiera)
Nos dedicamos toda la vida a pensar que pasará esa primera vez, y querer que todo ocurra perfecto, y normalmente sale desastroso.
Por supuesto estaba preparada, o al menos no era como si no contemplara la opción, de ser dada de lado después de eso.
Pero eso es algo para lo que en cualquier situación estaré preparada. Siempre está el miedo de "solo me quiere para acostarse conmigo" supongo. No era como si yo llegara allí pensando que íbamos a ver Doraemon mientras nos decíamos cosas lindas nada más, y que me iba a decir que era el amor de su vida.
Iba con la decisión más que tomada, y preparada para todo.
Entonces nos llamó por teléfono mi madre, y obvio no iba a contestar, porque no creo que hubiera sido adecuado decirle donde estaba.
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Quejas
AcakAl principio quería crear una historia suuper cuqui pero he decidido que con toda la mierda que hay en mi vida ni redactarlo hace falta. Me ajusto a los hechos, como son. Si esto os incita a escribir vuestras quejas, adelante, admito plagios.