Capítulo 7

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Después de su agitada conversación, Monty salió primero del establo y minutos después Lexa lo hizo también. La castaña estaba aturdida por la nueva información que el chico le dio. Esta quiso rodear todo el patio y entrar por la zona de la fuente sin embargo no fue capaz. Sentía que si entraba la descubrían a pesar de que todavía llevara su armadura, se sentía acorralada y sin escapatoria alguna al no tener idea de su siguiente plan para poder reunirse con sus amigos a las afueras del castillo. Nunca nadie hubiese pensando que tantas horas sin dormir, tantas veces de haberse estado arriesgando el pellejo por querer saber cómo entrar al tan imponente castillo la iban a llevar a la desesperación de buscar la manera de salir.

Unos pocos días pasaron, en cada uno de ellos la castaña había estado tratando de averiguar algún punto ciego en el castillo para escabullirse pero esto se le había tornado imposible. Le había tomado una semana para aprenderse las formaciones de vigilancia como para que justo aquella fuese la semana en la que ninguna vigilancia se llevara a cabo, fue así que desgraciadamente el día que concretó con sus amigos pasó y ningún intercambio de información se realizó, los de la rebelión habían esperado el llamado del que iba a verse con la castaña pero nunca recibieron dicha noticia ya que no sabían las complicaciones que realmente estaba teniendo la castaña dentro del castillo. 

Lexa era consciente de que si se quedaba más tiempo del debido comenzarían a sospechar dentro del castillo a aquel caballero que no cumplía con sus vigilancias en donde correspondía, sospecharían de aquel caballero que casualmente desaparecía y reaparecía por ciertas zonas del castillo de manera ocasional en turnos que no le correspondían. Aunque ella tenía el presentimiento que esto se comenzaba a notar, cuando la castaña ya había cumplido la semana ahí dentro. Uno de los caballeros del ciclo nocturno había notado comportamientos extraños por parte del supuesto caballero nuevo de los pasillos. Se notaba cuando después de tres rondas por el mismo pasillo, este casualmente desaparecía.

—Oye tú, caballero —Lexa se irguió ante "su capitán"—. Necesito que vayas a hacer vigilancia en la zona del trasero jardín. —Esta asintió y se fue con pasos firmes al lugar verde. No sabía exactamente porqué el cambio tan repentino pero poco podía hacer. Todavía estaba un poco tensa después de la conversación de hace unos días con Monty, la castaña tenía su mente perdida, trataba de hallar la manera de salir sin que fuese extraño, pero todas y cada una de sus ideas la conducían a un error. La preocupación de Lexa era constante, le estaba entrando una especie de ansiedad, pensaba las consecuencias que podrían surgir si no conseguía irse en definitiva, o si podía, en ese preciso momento, tenía que escapar y hablar con alguno de sus amigos fuera del castillo con urgencia, también tenía en mente que podría crear alguna distracción con su único amigo dentro, pero temió por él, Monty era muy temeroso con los demás caballeros y tomando en cuenta que a las afueras, entre la puerta que separaba el camino hacia el pueblo de la estructura real habían caballeros custodiando, y más personas que podrían seguirla o en el peor de los casos atraparla, no quería que ante su exposición a las afueras pudieran dar con la rebelión, esto era algo que la angustiaba.

La castaña se posicionó en un una esquina de la puerta que daba hacia el jardín y lo observó con detenimiento, este era bastante amplio y tenía diferentes tipos de flores y plantas que lo decoraban de manera bella, vio que al lado derecho y al lado izquierdo habían grandes arbustos recortados perfectamente simulando la figura del rey, ante esto la castaña apretó un poco su mandíbula, le guardaba bastante rencor a ese hombre. Lexa se cercioró de que no había nadie cerca de donde se hallaba y con despreocupación se deslizó muy vagamente la visera hacia arriba, y miró hacia el cielo, vio el azul despejado de nubes y sintió la brisa que lo acompañaba rebotar contra su rostro haciendo que inconscientemente cerrara los ojos. Volvió a bajarse la visera y se perdió en su mente pensando alguna otra alternativa para darle alguna señal a los de la rebelión, pero nuevamente se hallaba atrapada y con más errores de por medio si intentaba hacer algo. Ella seguía meditando que su único recurso sería sí o sí escaparse con discreción, pero eso implicaba el gran riesgo de ser descubierta de alguna manera debido a la vigilancia, incluso dentro del castillo habían caballeros cada cinco minutos cumpliendo sus rondas. Realmente no encontraba posibilidades de hacerlo sin que fuera potencialmente peligroso.

La realeza [Clexa AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora