Capítulo 10

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—Bellamy, hace poco salió un caballero a las afueras del pueblo después de que el rey se fuera —anunció Shaw entrando al refugio.

—¿Uno solo? —este frunció su ceño.

—Así es —le confirmó.

—¿Viste cómo iba?

—Vi que salió con un caballo y una carretilla —informó.

—Qué extraño. —Bellamy le desvió la mirada al chico y se quedó pensando—. Raven, ¿Cuántos caballeros custodiarán a las afueras del castillo hoy?

—Según la información que nos dio Lexa, los días martes en el calendario juliano nada más custodian dos guardias en la entrada principal y uno solo en el interior, mientras que unos cuatro estarán por los alrededores debido a que los demás hoy estarán en el campo de entrenamiento, al otro lado del castillo —Raven fue clara con la información que había redactado la chica caballero con cierta información adicional en la carta constituida de un pequeño mapa que a simple vista parecían garabatos pero marcaban la ubicación exacta de los vigías mencionados.

Bellamy sopesó aquella información para ver qué tanta utilidad podría tener ese mismo día y en cómo le podrían sacar beneficio.

—¿Estás planeando algo? —Raven lo dedujo.

—Puede ser...

—Bellamy, todavía no es tiempo de ejecutar en su totalidad la otra parte del plan. Eso lo sabes —le recriminó.

—Lo tengo claro, Raven. Pero ya que el rey no está podemos aprovechar la vulnerabilidad del castillo facilitándole las cosas a Lexa si hacemos una pequeña distracción, ¿no crees?

Raven le disgustaba la idea de que Bellamy decidiera desviarse del plan, no quería correr riesgos innecesarios por sus nuevas decisiones.

—Bellamy, no podemos arriesgarnos.

—Desde que comenzamos con el plan lo hemos estado haciendo, Raven —mencionó con seriedad.

—Bellamy, no. —Ella mantenía su semblante.

—Bien, como quieras. —El chico se cubrió con una capucha y le dio la espalda a Raven decidido a dejar el refugio.

—Bell, es en serio. Por favor no vayas a cometer una estupidez —le volvió a advertir antes de que saliera.

—Raven, está bien. No haré nada, te lo prometo. Además tendría que haberlo conversado con los demás, después de todo somos un equipo —con un tono susceptible, fue lo último que atinó a decir antes de cerrar la puerta de madera.

La castaña del refugio suspiró y se recostó en la mesa.

En el castillo las cosas también estaban yendo un poco ajetreadas, la princesa estaba tomándose el rol de princesa muy en serio.

—¿Hija, qué pasa? —Abby veía a su hija desde las escaleras del castillo.

—Estoy haciendo lo que toda princesa debe hacer. Atender a su reino —dijo mientras le indicaba a uno de los caballeros que se retirara.

—Lo entiendo y te felicito, pero ahora estás más mandona de lo normal —afirmó Abby.

—Solo quiero demostrar que soy capaz de hacerme cargo, ¿de acuerdo? —volvió a responder.

Clarke suspiró.

—Hubo un problema en el pueblo.

—¿Qué sucedió? —La madre seguía viéndola desde las escaleras.

—Los caballos de los guardias en la muralla fueron soltados y se escaparon en dirección al bosque.

Abby se sorprendió ligeramente.

La realeza [Clexa AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora