No sé cuánto tenía de estar acostada en esta cama, ni tampoco sabía la hora que era, lo único que sabía era que ya había oscurecido.
Me tenía algo resentida Daphne, no me había venido a ver y se supone que ella era mi mejor amiga ¿verdad?
Pasaron cerca de 10 minutos cuando oí a alguien tocar la puerta;
-adelante-grité
-Hola preciosa-entró Sebastián-¿cómo has estado?-preguntó besándome la frente.
-Sola, con hambre y aburrida-dije con un poco de mal humor- ¿cómo te enteraste de que estaba aquí?
-Oh, Davis llamó a Daphne casi gritándole que te prestara más atención y yo estaba con ella entonces me contó.-explicó
-Ah-no podía ser Daphne sabía todo y no me había venido a ver, eso sinceramente me dolió.
-Oh Dios, casi se me olvida, que Daphne está allí afuera y me mandó a mi primero a ver si no estabas brava con ella por no venirte a ver-dijo con una sonrisa-¿puede pasar?
-Supongo-no tenía ganas de ver a Daphne, sinceramente sentía que la estaba perdiendo.
-Bueno-dijo no muy convencido y dirigiéndose a la puerta. Hizo algunas señas.
Pronto estaba Daphne entrando con unos grandes globos y un pequeño pastel algo escondido, supongo que no dejan entrar con comida al hospital y seguida de ella venía Matteo.
-Lo siento Penny- dijo algo apenada Daphne-debí darme cuenta de lo pálida que estabas, de verdad lo siento.
-No hay problema, dame ese pastel que muero de hambre-el pastel decía “Perdón, sabes que te amo”.
Empecé a comerlo mientras los chicos contaban que toda la universidad hablaba sobre mi desmayo. Cuando iba terminando de comerlo entró Davis a la habitación.
-Valla, valla, así que ya vinieron a visitar a Thomson, necesito que hagan campo para revisarla a ver cómo va-dijo revisando unos papeles que supongo eran míos.
-Estoy bien-afirme seria-no hace falta que me revisen nada, solo necesito un poco más de comida, no creo que este tan gorda como para que me tengan adieta todo el día-
-Oh, alegona deberían llamarte-respondió Davis con una sonrisa-hace dos horas mandé comida para ti, ¿tienes hambre otra vez?-se estaba burlando de mí y enfrente de ellos.
-Oh no conoces a Penny, gracias al cielo sus padres tienen dinero porque de otra manera se hubieran arruinado con lo que come-todos explotaron en risas menos yo y Davis me veía con una cara de gracioso.-Es broma Penny, te amo.
-JA... no da para nada gracias, se supone que la enferma soy yo y miren; se burlan de mi-dije tratando de hacerme la ofendida.
-Si claro, bueno necesito revisarte, tengo que trabajar-dijo Davis con una sonrisa de profesional que me estaba matando.- ¿cómo te sientes? ¿Te duele la cabeza?
-Me siento bien y no me duele la cabeza pero estoy a punto de morir de hambre-dije graciosa.
-Oh eso no es importante-respondió, todos veían con cara graciosa la situación.-Bueno creo que todo está bien, mañana otro doctor te firmara la salida porque a esa hora yo he terminado mi turno-explicó- necesito que te tomes las vitaminas que te voy a recetar, hazlo-ordenó
-Ni gastes el tiempo mandándome eso, no me las tomaré-no lo hacía por llevarle la contraria era porque simplemente nunca las tomaba y lo que iban a hacer a mi casa era a estorbar.
-Bueno, lo haraz y punto-dijo serio Davis
-Vete al diablo-rodé los ojos-creo que ya te puedes ir, robas mi aire-dije retándolo.
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Freedom
HumorUna relación que nos volverá locos; de furia, de amor, de tristeza.. Conoce la historia de Penélope Thomson y Davis Lawrence. No te atrevas a dejarlos solo recorriendo lo que será el camino hacia su libertad.