De errores se aprende-I

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Habían pasado algunos días desde mi desmayo y mi madre me estaba haciendo cumplir las indicaciones de Davis al pie de la letra.

Hoy era Miércoles  e iba camino al gimnasio; estábamos en exámenes finales y estaba muy estresada por lo que necesitaba bastantes abdominales que me hicieran sacarme todo eso acumulado en mis hombros y cuello.

Llegué al gimnasio y estacioné el auto en uno de los campos, pero vi como el auto de Davis estaba a unos 4 carros del mío; pensé en retirarme e ir a otro gimnasio, pero yo no tenía por qué hacerlo. Era él por su lado y yo por el mío.

Entré al gran establecimiento y el olor a sudor me golpeo algo fuerte, pero era ya costumbre tenía unos dos años de ir a este gimnasio y eso era natural; me imagino que en todos.

Pasé por donde estaba la secretaria que era una señora de unos 43 años.

-Hey Penny, que gusto verte. Hace mucho que no venías-saludó alegre.- ¿cómo estás?

-Hola Elena, estuve bien y sí tuve algunos contratiempos.-apliqué ¿Se encuentra Roy?-Roy era mi entrenador personal; era bastante caliente como todo entrenador y gracias al cielo no era gay; sería un gran desperdicio, aunque no me interesaba en lo más mínimo tuve una pequeñita aventura con él a mis 16 años, justo antes de conocer a Christian. Roy tenía unos 23 años, alto, musculoso, rubio y de ojos azules, era Argentino.

-Creo que está en una de las oficinas arriba-explicó ella.-Sube a buscarlo por mi ¿sí?-rogó, seguramente estaba algo ocupada, ella siempre parecía apurada.

-Claro Elena, no hay problema-asentí con una sonrisa para darle a entender que no era ningún problema.

Aferre mi bolso más a mi brazo y subí por unas escaleras de metal que llevaban a la oficinas de arriba, era donde estaban los entrenadores y donde se hacían las reuniones para contratar los boxeadores o así.

Empecé leyendo los pequeños letreros en las puertas que decían el nombre de cada entrenador según su oficina.

Hasta cuando por fin encontré la que decía Roy Carrizo. Toqué la puerta y esperé.

-Adelante-habló la voz de Roy.

-Hola-saludé entrando y vi como la persona que menos quería toparme era lo primer que veía en esa oficina-lo siento  Roy si estas ocupado puedo empezar yo-me adelanté.

-Muñeca-empezó Roy-te presento a Davis Lawrence, es el nuevo boxeador oficial del gimnasio-juro que cuando él dijo eso a mí se me detuvo el corazón por unos 5segundos.-él suplantará a Christian-dijo un poco bajo examinando mi expresión.

-Nadie lo superará a él-hable fría.

-Eso es porque no me has visto pelear-habló por primera vez Davis.

-Ni quiero verte, llevan 2 malditos años buscando alguien que suplante a Christian y eso es imposible, aunque sea un hijo de…. No hay nadie como él-hablé bajo, otra persona hubiese gritado pero yo molesta a este nivel era todo lo contrario, mis manos temblaban-Roy, lo siento empezaré sola hoy, y solo te digo que este imbécil jamás será igual a Christian, jamás.- dije antes de retirarme de ahí.

Pude escuchar como Roy pedía disculpas a Davis, pero bien que me importaba una completa mierda.

Bajé por las escaleras algo rápido y entre al vestidor, me cambie sin hablar con ninguna chica, me puse un top fucsia y una libra gris con mis tenis Nike. Salé de los vestidores y empecé a hacer abdominales algo fuerte.

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