Primera Impresión.

433 67 63
                                    

Adonis deseaba que ese omega matara a ese alfa, lo deseaba como nada que hubiera deseado en el pasado y sí que había deseado demasiado, toda su vida, pero, nunca obtenía nada de eso, la venganza sobre ese alfa no fue diferente. 

No le agradaba ese soldado de cabello rosa, mucho menos al verlo suplicar piedad, preguntandose si no pudo hacer mas, si no pudo luchar con más fervor, evitando que ese soldado fuera dañado de esa forma tan cruel. 

Tal vez advertirle de lo que sucedería, de haber hablado, tal vez, pudieron prepararse, pero no lo hizo, simplemente guardó silencio, permitiendo que los atacaran y solo era cuestión de suerte, el que pudieran escapar del Inframundo, el que pudiera evitar que diera la alarma. 

Le vio retroceder asustado, odiando esa actitud en ese espectro, sin embargo, este le dio una oportunidad para ganarse su perdón, pero para él, se trataba de darle una oportunidad para dañarlo de nuevo. 

Porque cuando un perro mordió a su dueño, la primera vez que dañaba a un humano sin razon, tenian que ponerlo a dormir, era cruel, era demasiado drástico, sin embargo, sabía que ese Valentine, llegando la oportunidad volvería a lastimar a ese omega. 

Era una ruptura en la seguridad de esa ciudadela y aunque le molestaba estar de acuerdo con aquel que destruyo su vida, tenía razón, debían matarlo, no curarlo, un lobo era el equivalente a una manzana podrida que destruiría a las demás. 

Y al ver que ese omega se había marchado, aunque no sabía quién podría desear a un compañero como ese, tan fiero, tan enojado, tan furioso, tan grande, si sabía, que no le gustaba que le hubieran hecho daño, no le gustaba esa mordida, ni ese miedo, era antinatural. 

Así que, aunque no era su problema, no era de su incumbencia, ingreso en la celda donde se encontraba ese soldado, cubriendo su rostro, llorando su desesperacion despues de permitirle a Eros dañar a ese espectro. 

-Vaya que no tienes vergüenza, al sumirte en ese llanto hipócrita, después de permitir que le hicieran daño. 

Valentine le observó en silencio, limpiando las lágrimas de su rostro, con una clara expresión de odio, aunque no sabía bien la razón de eso, solo que no le gustaba, como a él no le gustaba ese soldado. 

-Tu me recuerdas a la diosa Afrodita, que provocó mi muerte, para después llorar desconsolada, abandonandome a mi suerte. 

Lo recordaba bien, lloró su muerte, tan desesperada y acongojada que pensó lo buscaría en el Inframundo, pero no, eso no fue así, no le amaba tanto como para protegerlo, ni para mantenerlo a su lado, ella no amaba a nadie. 

-Tu permitiste que lo dañaran y por alguna razón que no alcanzo a comprender, te dio una nueva oportunidad, pero solo le harás daño, porque tu eres uno de ellos, un lobo, una manzana podrida. 

Valentine sostuvo los barrotes, permitiendo que se acercara a él un poco más, antes de atacarlo con su cosmos, lanzadolo un poco lejos, con una sonrisa burlona, sufría por lo que le pasó a su señor, pero, eso no hacía que le dejara de amar como lo hacia, que quisiera compensar el daño que le había hecho. 

-Como lo supuse eres demasiado débil, no eres digno… 

Adonis se levantó de un salto, ese espectro era casi tan poderoso como el omega rubio, así que, le parecía sumamente irónico que no pudiera vencer a Eros, que se dejará derrotar en ese combate mental. 

-No se de que estas hablando, pero no te dejare dañar a ningún omega de esta ciudadela, y si lo haces, te mataré. 

Valentine estaba malherido, apenas podía respirar, pero su cuerpo con ayuda de su cosmos iba recuperándose a la velocidad habitual, por lo cual, encontrando ridículas las palabras de ese soldado, sonrió, riendose entre dientes, porque no era digno, porque pensaba que volvería a caer presa de los cazadores, pero no, el cuidaría de su señor, lo mantendria seguro y despues, al final, vería que el si era digno de su compañía. 

Cacería.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora