Maldita sea

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Ayako – Ey, lleváis mucho rato fuera... ¿ha pasado algo?

Rukawa – Eh... Bueno Noa no se encontraba muy bien y estamos en mi casa, no te preocupes...

Ayako – Ah! Vaya ahora mismo voy a buscarla y...

Rukawa – ¡NO! Eh, digo, No hace falta, ya la llevo yo cuando se encuentre mejor, será mejor que descanse...

Ayako – Vale... Bueno gracias por cuidarla Rukawa, buenas noches

Rukawa – Buenas noches...

---Punto de vista de Rukawa----

Colgué y silencié el teléfono, me sabía mal mentir pero pasaba de dar explicaciones, fui de nuevo hacia la habitación para seguir "cuidando" de Noa.

Sobre mi cama estaba tumbada, se había dormido profundamente y su piel tostada contrastaba con mis sabanas.

Rukawa – Joder...

Me senté en la cama, ella dormía plácidamente, obviamente no voy a despertarla, la tapé con las sábanas ya que se había encogido por el frío, acaricié su rostro que seguía enrojecido por el alcohol. Decidí dejarla dormir tranquila, me puse un pantalón de baloncesto y fui hacia la cocina a hacerme un batido de proteínas antes de dormir.

Al entrar a la cocina escuché un tintinear de llaves, Hanamichi entró tambaleándose y fue hacía la nevera.

Hanamichi – Aguaaaa...

Rukawa – Idiota, así no podrás entrenar mañana

Hanamichi – Que si, ya te dije que quería ir contigo

Rukawa - Bueno será si te despiertas, yo no soy tu madre para avisarte

Hanamichi – Lo se, lo se, para no ser mi madre eres demasiado pesado

Hanamichi se fue de lado a lado hacia su habitación, Rukawa bufó y se fue hacia una habitación libre de uno de los estudiantes que ya se habían graduado ese año.

Al día siguiente el ojiazul se despertó y desperezó, desayunó con parsimonia y viendo que nadie se despertaba, cogió su bicicleta, su balón y se fue a entrenar, olvidándose completamente de la chica que aún dormía la resaca en su habitación.

Un par de horas más tarde nuestro pelirrojo se levantó por fin, fue hacia la cocina y bebió agua directa de la nevera.

Hana – Buah! Vaya resaca...Pero este zorro seguro que se ha dormido porque su puerta esta cerrada... Voy a despertarle...

Hanamichi abrió bruscamente la puerta y empezó a sacudir el bulto que había bajo las sabanas de Rukawa, sin encender la luz y cantando a todo pulmón.

Hana- Zorroooo, zorrooo dormilón te has dormido

Noa – Kyaaaa!!!

Hana- AHHHHH!!!!

Noa gritó de la impresión, tapando torpemente su pecho desnudo con las sabanas, Hanamichi saltó hacia atrás y se dio la vuelta con las mejillas ardiendo.

Noa - ¡¿Puedes dejar de sorprenderme cuando estoy desnuda joder?!

Hana – Oye ni que yo supiera que estás desnuda en MI CASA

Ambos se miraron y empezaron a reír, Hana salió de la habitación y volvió con una camiseta y un pantalón, Noa se lo puso y agradeció al pelirrojo.

Noa – La verdad no se ni donde dejé la ropa, vaya borrachera...

Hanamichi – Ya, yo también me pasé... Oye...

Noa - ¿Mh?

Hanamichi bajó la mirada avergonzado, la chica le miraba con sus grandes ojos ladeando la cabeza mientras revolvía un café cargado con una cucharilla, apoyada en la encimera de la cocina.

Hanamichi – Em... Es que...Em...

Noa – Joder va desembucha

Hanamichi – Vale... Eh... Tú y Rukawa... Estáis...?

Noa – Eh? No, no, que va... Sólo tonteamos un poco...

Hanamichi se relajó un poco, se quedó mirando a la chica que le sonreía, estaba muy guapa, la camiseta de algodón le quedaba grande y caía un poco por el hombro.

Noa - ¿Eso era todo?

Hanamichi – Bueno...

Hana pegó un trago largo de su café, la chica le miró interrogante con una ceja alzada. El pelirrojo no decía nada, se fue enrojeciendo por momentos y desvió la mirada de ella, Noa se acercó poco a poco y levantó sus talones para llegar a besarle la mejilla. Un tomate podría competir en ese momento con nuestro mono pelirrojo, que por fin se giró a mirar a la chica y sonreír de vuelta.

Hanamichi – Vamos te acompaño a casa

Noa - Vale!

Los ojos del zorro (Rukawa x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora