Ojos de hielo

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El pelirrojo masajeaba la espalda de Noa, ambos desnudos, ella tumbada bocabajo y él a horcajadas sobre ella, la chica soltaba pequeños gemidos cuando las grandes manos del chico pasaban por su pequeña espalda. Hanamichi se inclinó y poco a poco fue besando su nuca y cuello, bajando por la columna y dándole un pequeño mordisco en el trasero que hizo que la muchacha se riera.

Noa - Yo pensaba que eras adorable y cariñoso...

La chica se giró, el muchacho aprovechó para agarrar una de sus piernas y atraerla hacia él, posicionándose en su entrada mientras la miraba intensamente.

Hana - Ya no te lo parezco?

El chico hundió su rostro mordisqueando la oreja de Noa mientras poco a poco se introducía en ella, empezó con suaves embestidas mientras llenaba de besos y lametones el cuello y el pecho de su acompañante.

Las lentas estocadas del menor la estaban haciendo enloquecer, ella, buscando más intensidad, empezó a moverse bajo el peso del número 10, él se rió y paró en seco.

Hana - Vaya, yo pensaba que querías que fuera suave...

La chica le miraba suplicante, Hana deslizó sus dedos por el vientre de Noa y agarró con rudeza uno de sus pechos, la chica gritó pero no le dió tiempo a quejarse, el pelirrojo subió sus piernas hasta sus hombros y empezó a taladrarla con fuerza, de manera profunda y agresiva. Noa no podía hablar, se le escapaban las lágrimas mientras oleadas de placer la llenaban, notaba que el pelirrojo la iba a partir en dos mientras él subía la velocidad enloquecido.

Noa - Hana... HANA!

La chica gritó su nombre antes de derretirse en un clímax atroz, el chico no tardó en ir tras ella y ambos se quedaron boca arriba intentando recuperar el aliento.

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Noa estaba comiendo ojeando los papeles del instituto donde empezaba a dar clases el lunes, estaban a punto de terminar las vacaciones de primavera y tras ese finde por fin empezaría su vida de profesora.

El móvil llevaba rato sonando, ella lo ignoraba, llevaba unos días muy intensos y quería ignorar a esos chicos que le complicaban la vida.
La verdad no sabía qué hacer al respecto, realmente con Hanamichi estaba todo hablado, él había quedado con Haruko y seguro que empezaban a salir, ese monito era buena persona y sería fiel hasta la muerte, no tenía duda.

Luego estaba Akira, aún recordaba la primera vez que le vió, estaban en un evento deportivo en la playa, chico era un año menor que ella, era adorable, la estuvo persiguiendo meses hasta que salieron juntos...
Y luego estaba Rukawa... Lo que había pasado con él era increíble, no sólo en el sexo era impresionante, le encantaba su compañía... Qué pensaría él de ella?

Abrió la puerta para hacerse unos kilómetros, siempre le iba bien salir a correr para despejarse, tenía que centrarse en las clases que iban a empezar en breve... Quizás no debería embarcarse en ninguna relación, estaba llegando a los jardines donde conoció a Rukawa, una pizca de desilusión asomó en ella cuando vio la pista de basket ocupada por unos niños, suspiró y se paró a ver los cerezos, de repente alguien le tapó los ojos por la espalda.

Ayako- Hola! Sabía que estarías por aquí! No me vas a dar la noticia?

Noa- Claro! Me han asignado el instituto Shohoku para las prácticas

Ayako- Guau genial! Es al que iba yo sabes? Hana y Rukawa están en el último curso allí, les darás clase?

Noa- Eh, no se... QUEEE? Cómo que siguen en el instituto?

Ayako- Te lo dije, son del equipo del que yo era manager...

Noa - Pero, pero... Si son enormes, cómo... Seré su profesora? Que desastre!

Ayako- No te pongas nerviosa no pasa nada, apenas os lleváis 3 años no sé porqué te agobias así

Seguí mi recorrido, di un par de vueltas al recinto, de repente vi una figura que se me hizo familiar y me lancé contra los arbustos para esconderme.

Rukawa - Cómo puedes ser tan poco ágil cuando quieres?

Noa - No has pillado que te quería evitar?

El zorro estiró su mano y la ayudó a levantarse, la chica se sacudió las hierbas que se habían quedado en su ropa, el moreno la seguía mirando con una ceja alzada, esperando una explicación.

Noa - Me han asignado ser profesora en prácticas en el Shohoku...

Rukawa - Ahá, y que pasa?

Noa - Seremos profesora y alumno, lo que pasa es que... Nosotros... No...

Rukawa - Espero que no expliques todo así o tu futuro de profesora será muy negro...

Noa - Idiota sabes lo que quiero decir, lo nuestro...

Rukawa - Lo nuestro?

El chico la miró, sus ojos azules la atravesaban como el hielo, que tonta era, si ella era la primera que no quería nada serio... La indecisión entre Akira y Rukawa era una ilusión porque Rukawa nunca había estado en la ecuación.

Noa - No importa...

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La chica salió corriendo, Rukawa se quedó mirando como se iba, era mejor así, no podía enamorarse de ella, no podía distraerse.

Rukawa - Mh... Me arrepentiré de esto

Los ojos del zorro (Rukawa x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora