Parte 2

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Kiara junto a Kovu estaban caminando por los limites de las praderas y donde empezaba el territorio de los leopardos mientras que la guardia de Vitani estaba en su día de descanso.

-¿Pasa algo? -habló preocupado.

-No nada... solo extraño a mi hermanito. -contestó melancólica Kiara. -Desde el nacimiento de Leah que no lo vemos, ni siquiera pudo asistir a nuestra coronación.

-Si... pero Kion mando un mensaje que no podía venir, mira el lado bueno Kiara, Kion esta bien junto a su reina y sus tres cachorros, él también te debe extrañar. -dijo el rey tratando de consolar a su amada.

A lo lejos empezaron a escuchar unos pequeños ruidos.

-Gracias Kovu... espera, ¿escuchas eso?

-Si, son gritos de ayuda, vamos a ver.

Ambos se dirigen donde los ruidos que venían desde el otro territorio, al momento de acercarse ven a una leona y a unos leones atacando sin piedad a un cachorro sin poder defenderse.

Kiara y Kovu corren y rugen persuadiendo a los atacantes.

‐¡¿Que sucede acá?! ‐grita enojado Kovu.

-Cuidado leoncito, este no es tu territorio. -insultó el extraño león.

-Eso no me importa. -persuadió Kovu.

‐Deja en paz a ese cachorro, ¡ahora! -le grito la reina.

-Oblíganos. -amenazaron los extraños leones al mismo tiempo.

-Oh si, con gusto lo haremos. -dijo la reina emocionada.

Los cuatros leones empiezan a repartir arañazos, mordidas mientras que el pequeño solo observaba la brutal pelea quedando aterrorizado sin saber en quien confiar, la pelea seguía y no había indicios de que alguien ganaría.

-¿Ya se cansaron? -habló jadeando Kiara. -Pensé que serian un reto.

-Mejor no hables, tu estás más cansada que nosotros.

-¡Esto es solo calentamiento! -dijo entre risas la reina.

-Emmm... Kiara, mejor no sigas, tomemos al cachorro y vayámonos.

-Esta bien, pero esto no se quedará así.

Kovu intenta tomar al cachorro, pero solo responde con un pequeño rasguño con sus pequeñas garras que aun no crecían.

-Tranquilo pequeño, todo está bien... no te pasará nada.

-Ese inútil solo responde a mí. -burlaba la madre

-Kiara, ya sabes que hacer. -le dijo el rey

-Oh si, me agrada como se escucha eso.

Kiara corre donde ambos leones de un lado a otro confundiéndolos y termina atando a la cabeza dejándonos aturdidos para poder noquearlos con más facilidad.

-¡Kovu!, ¡¿crees que sea necesario...?!

-¡No amor!, déjalos así. Si vuelven no tendrán la misma suerte. -interrumpió Kovu antes que Kiara terminara la frase.

Kiara se vuelve a reunir con Kovu y el pequeño cachorro aún seguía aterrorizado por lo vivido, sufrido y visto ese mismo día.

-Dime, ¿cómo te llamas pequeño? -entonó Kovu una voz suave tratando de darle confianza.

-Ko... Ko... Koda. -tartamudeó el pequeño cachorro.

-Bien Koda, ya no tienes que temer. Esos leones no te harán más daño y nosotros te prometemos que nada te pasara.

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