Capítulo I

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Hoy era un día como todos. Los pájaros cantaban al ritmo de los ruidosas calles de Manhattan. Bajaba las escaleras contenta porque hoy era el último día de clase, ya sabéis que ese día todos los estudiantes de cualquier grado deben estar felices. Bajaba brincando(literalmente)las escaleras. Cuando llegué al salón ya empecé a oler las famosas tortitas de mi padre. Corrí a la cocina apresurada, ya que iba justa de tiempo.-Hola, papá.-Hola cariño.¿Nerviosa?-¿Por qué debería estar nerviosa? Es el mismo instituto, las mismas clases y los mismos amigos. -Lo sé, pero como no los vas a ver dentro de 3 meses... Me recuerdas mucho a tu madre.Yo allí me callé. Pocas veces mi padre nombraba a mi madre delante mía. Mi madre murió en mi parto por la gran falta de sangre. A veces sigo culpándome de su muerte.A todo esto, aún no os he dicho mi nombre. Me llamo April, April Stone. Tengo 16 años y voy al Stuyvesant High School.-Bueno, ahora al colegio. No vaya a ser que llegues tarde el último día de clase-Papá, se dice al revés.-¿El qué?-Se dice "no vaya a ser que llegues tarde el primer día de clase"-¡Como se diga, ahora date prisa!-Voy-Esta tarde no voy a estar. Estaré en el laboratorio terminando mi último invento.Se me olvidó comentar antes de que mi padre es un científico. No como esos que están locos que salen por la tele. Mi padre no es así. Solo está un poco majareta. Dice de qué está a punto de descubrir la fórmula para hacer un clon de cualquier persona. Algo irónico porque en la Tierra ya somos 7 mil setecientos millones de personas, y no necesitamos más. Pero mi padre siempre será un hombre raro. Pero lo quiero un montón aún así. Y ya que estoy aprovechando para decir todo lo que me he olvidado...tengo la mejor amiga del universo. Se llama Abey Williams. Nuestra historia se basa desde hace unos años:Estaba comiendo en el comedor tan tranquila, hasta que una de las chicas pijas que se visten todo de rosa y se creen que cualquier persona menos rica que ella es un bicho repelente, me empezó a insultar sobre como comí. Y claro, todos los que estaban allí no podían decir absolutamente nada, porque o sino, la pija, lo pondría en la lista de los muertos. Sí, tenía una lista para eso. Yo como era nueva no sabía como reaccionar ante semejantes palabras, así que me quedé como una boba escuchando las maldades que decía de mí. Hasta que entonces, Abey se levantó de su asiento, se dirigió a la mía donde la chica pija me seguía insultando. Se plantó ante ella y le dio una bofetada que cerró la boca de todos los que se encontraban en el comedor. Se ganó 3 semanas de expulsión(por parte de los padres de la chica pija), y al volver tendría que lavar las duchas del vestuario de los chicos, ya que ni las limpiadoras querrían entrar allí. Cumplió su condena sin rechistar y cuando acabó con todo se dirigió a mi y me dijo que había valido la pena.Tengo que reconocer que ese fue el momento más bonito de mi corta vida. La quiero con toda mi alma aun que a veces sea un poco cabezota, como mi padre. Y voy a para de hablar porque se me olvidó que hoy tenía que entregar todo el trabajo que no hice durante el año escolar.

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