Capítulo XII

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Oscuridad.
Oscuridad.
Oscuridad.
Oscuri.....
Abrí los ojos. Miré a mi alrededor, porque no recordaba haber me dormido. Sentí que el suelo estaba frío. Y de golpe recordé lo que pasó. Ayer ví unas letras roja en el espejo y de repente todo se volvió oscuro. Clavé la mirada en el espejo, pero no había nada. Me levanté, pero al erguirme totalmente, los pies me temblaron y volví a caer, como si no sabía como andar. Lo volví a intentar y esta vez sí supe sostenerme. Miré a mi alrededor hasta que me fijé en el espejo. Ví mi rostro. Creo que la palabra a la que más se asemeja es a horrendamente horroroso. Me dirijo mecánicamente a la puerta. Lo de las letras rojas fue como una señal intentando advertirme de qué no debía seguir en esa casa. Salí del baño, y no vi ni oí un alma en esa casa. La antigua yo(es decir, antes de que muriera mi padre) hubiera entrado en todas las habitaciones y rincones, para comprobar de que estaban todos. Pero ahora, decidí dejar las cosas como estaban, y ahora con mucha más sensación de temor por lo que pasó anoche. Subí las escaleras hasta llegar a mi habitación. Cuando entré en el cuarto, todas mis cosas estaban empaquetadas, como si alguien supiera que me iba. La misma persona que escribió en el espejo. Algo me dice que tengo que quedarme y averiguar que pasó anoche, pero mi nuevo yo se quiere ir lejos y no volver a ver a esta familia. Así que cogí lo imprescindible. Mi mochila con poca ropa. También me dí cuenta de que había algo rojo asomando del armario vacío. Fui a ver y me encontré con Mr. Rubeb. Creo que fue instintivamente pero, aún así lo cogí y lo metí en la mochila. Antes de salir, miré la habitación. Solamente contenía una cama desnuda con maletas de color rojo, pero el resto vacío. Mentira. Había un trozo de color blanco detrás del armario,(¿es que todo tiene que rondar en ese estúpido armario?) me acerqué. Y por un momento tuve la tentación de salir huyendo y dejar el trozo blanco, pero al parecer seguía habiendo parte de la vieja yo, así que cogí la nota suavemente para que no se rompiera. Decía:
Si estás leyendo esto, es porque eres más inteligente de lo que creía, y te subestime. Pero también lo hiciste conmigo. He conseguido que te vayas y que no vuelvas a acercarte a nadie de los que residen en esta casa. Los protejo y lo seguiré haciendo. No dejaré que destruyas mis planes como en los cuentos de hadas, cuando la bruja malvada de blancanieves, le da la manzana a la princesa, sabiendo que podrá volver a la vida si un asqueroso príncipe azul la besa. Todas las brujas son tontas, no como yo. Te prometo que lamentarás haberte cruzado en el camino de esta familia. Te estaré observando. Por cierto, yo maté a tu padre. Y una curiosidad aún más jugosa, tu madre no murió por pérdida de sangre, que es lo que todo el hospital creyó. Tu padre te mintió. Supo todo lo que pasó, pero no te dijo nada para protegerte de mí. Aunque sabía que eso no era posible. April, yo asesiné a tu madre, porque ella sabía que tú eras la única de poder vencerme. Alguien que tuvo la bendición de el sol y la luna. Tus padres lo sabían todo. Pero tranquila, yo ya me ocupé de ese pequeño inconveniente. Y finalmente, la advertencia. No se te ocurra contarle a nadie de este pequeño comienzo veraniego, porque o sino te juro por lo más sagrado de que iré a por tí y mataré a cualquier persona al que le hayas contado todo esto. Destruya esta nota, con fuego y esparce las cenizas en diferentes ríos que te encuentres, nunca en los mismos. Te he dado una segunda oportunidad de vivir, cosa que es la primera y segunda vez que lo haré. Compórtate o asumirás las consecuencias. Te echa un mal de ojo,
Tu peor enemigo

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