Lloraba. Sentía soledad.Gritaba.Lo veía.MoríaMe sentía engañada.Me desperté sudando en mi cama. Era una pesadilla. Sentía una opresión en el pecho. Cogí mi móvil y comprobé la hora: las 3.37 de la madrugada. Me senté en la cama, mientras respiraba profundamente. Y lo que me causó una trastorno mental, fue cuando la puerta se abrió, y una figura oscuro permanecía en pie. Pero después de unos segundos de terror y desconcierto, me di cuenta de que era Camila, ya que siempre llevaba un tipo de animal de peluche. Y, por suerte, también lo llevaba en esa ocasión. - ¡Que susto, Camila!- Perdona, es que he tenido una pesadilla.- Vale. Pero la próxima vez llama a la puerta, o sino voy a creer que se ha metido un ladrón. -Es que si llamo a la puerta molestaré a Carol, Katie, a mamá y a papá. La miré enternecida, pensando que una niña de 8 le importaba tanto su familia. Aun que a mí me parecieran bastante locos(sin contar a Camila, claro)-Bueno, Cami creo que deberías irte a dormir. Es tarde- Pero ya te he dicho que tuve una pesadilla. Incluso Mr. Rubeb tiene miedo. -¿Quién es Mr. Rubeb?- Es mi fiel amigo desde que tenía 1 año y medio. Es un osito rojo, con ojos negros. Lo nombré Mr. Rubeb, porque fue la primera palabra que dije cuando lo vi. Mire este.Tenía razón razón. Lo llevaba brazo doblado en dos. -En ese caso puedes venirte en mi cama. Cabrás.- ¿Y Mr. Rubeb también podrá?La mire un poco desconfiada. Pero ella me devolvió la mirada suplicante. Así que la deje. Si vosotros hubieras visto esa cara, también habríais cedido. No dormí mal, pero tampoco como los ángeles. El osito de peluche me molestaba, porque se encontraba a mi espalda. Cuando desperté, no vi a Camila, por ninguna parte, solo al osito, cosa que me pareció muy extraña porque no iba a ninguna parte sin él. Me levanté, me cepille los dientes, me duché y me puse ropa limpia. Cogí al maldito peluche y bajé las escaleras. Lo que me encontré fue a la familia entera empaquetando cosas. Camila estaba sentada frente a la tele con cara de enfado. Me acerqué y le pregunté que pasaba:-¿Que te pasa Camila?-Nos vamos-¿Os mudáis?-Sí, pero de vacaciones. - Eso es fantástico-Sí-¿Entonces por que estas enfurruñada?-Porque mamá y papá me prometieron que iríamos al parque de agua, pero ahora dicen que nos iremos al campo. Gracias por traerme a Mr. Rubeb-De nada. Y no será tan maloEn realidad, a mí tampco me haría gracia si tuviera que ir- Eso lo dices porque tú no vas a ir. Tía Rose se acercó y dijo algo que en adelante, muy adelante, se arrepentería:- Vendrás con nosotros-¿Perdón?-Digo que vendrás con nosotros. Como ahora soy como tu madre, tienes que venir. No puedo dejarte sola. Y, además, Robert ya ha hecho tu maleta.-¿Eso significa que la prima April, vendrá con nosotros al campo?-Claro, cariño.Camila se entusiasmo tanto, que me abrazó, pero yo diría que casi me estranguló.Fuimos en coche, y llegamos 3 horas después. Cuando me bajé del coche el paisaje estaba vacío. Había mucha hierba, y uno o dos casa, a un kilómetro a la redonda. Eso significa, que si un asesino viene, y gritamos todo lo que podamos, nadie nos oiría o buscará. El tío Robert sacó todo del maletero, Carol buscaba señal, Katie jugaba a dar toques a la pelota, Camila me abrazó fuertemente y la Tía Rose intentaba abrir la puerta. Me pude soltar de Camila, porque había caído en la cuenta que se había dejado a Mr. Rubeb. Yo aproveché para ayudar a la Tía Rose. Entramos,Tío Robert puso las maletas, mientras Crol se queaba de que no había cobertura, Katie memorizaba las grandes estrellas del mundo del fútbol femenino y Camila entraba con su animal de peluche junto pegado al pecho. Nos asignaron habitación. También había una de invitados, donde yo dormiría. Cenamos, y cada uno hizo sus cosas. Eran las nueve y veinticinco, y según la Tía Rose, nos íbamos a la cama a las 10. Me fui a mi habitación. Cuando entré vi mi portátil(que menos mal que lo puso el Tío Robert) sobre la cama, justo donde lo había dejado antes. Mi teoría era, que el gerente, el amigo de mi padre, había matado a mi padre. Pero no lo veo mucho el sentido, porque eran muy amigos. Cuando llegaron las 10, la Tía Rose nos mandó a todos a la cama. Camila vino para desearme las buenas noche, cosa que hice yo también. Cerca de las 11, lo supe porque también pusieron mi reloj en mi maleta, sentí un presentimiento de que tenía que revisar mi portátil. Lo hice, y cuando estaba más concentrada, se me apagó. Decidí cargarlo mañana, porque no lo iba a buscar ahora entre las maletas. Pero ese presentimiento seguía ahí. Me acordé que la Tía Rose tenía otro. Pero, extrañamente, lo tenía en un buen seguro. En la casa, cada vez que terminaba, lo guardaba en un sitio que nadie sabía. Y nunca lo guardaba en el mismo sitio. Pero me arriesgué.Abrí la puerta cuidadosamente, sin hacer ruido. Esperaba que el portátil, lo hubiera guardado en un lugar imposible de encontrar. Pero me lo encontré en su mesilla. Lo cogí, y me lo llevé a mi habitación. Lo abrí y encendí. Lo prometo, yo no quería ver, pero me encontré con una conversación con número 8, que al parecer no había cerrado:-Número 8: Ya lo hice-Tía Rose: Tendrás que esforzarte más-Número 8: He hecho todo lo que me has pedido-Tía Rose: Sí, pero quiero que sea más intenso- Número 8 No voy a poder más-Tía Ros: Sabes que tienes que hacerlo. Y ahora borra todo esto, antes de que alguien lo vea-Número 8: ¿Pero quién lo va a ver? Me dijiste que guardabas tu ordenador a buen seguro- Tía Rose: Lo hago. Pero ahora tengo a ya sabes quién, y es bastante lista.-Número 8: ¿Lo dudabas?Y ahí acaba la conversación.
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TIC TAC
Misterio / SuspensoUn misterio contrarreloj donde nada es lo que parece. No confíes en nadie, es la frase con la que te tienes que quedar si quieres leerte este libro