Capítulo 8

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Una semana después de aquel acontecimiento; en el que Perth había salido. No había vuelto, Saint se la pasó aquella semana en la cocina haciendo una que otra receta, reinando la lasaña principalmente, como no tenía mucho que hacer, se la pasaba en la cocina día sí y día también haciendo recetas. Había hecho de los platos más sencillos hasta platos complicados, ni que decir que hasta helado había hecho, los guardias estaban un poco contento a decir verdad porque al Saint hacer demasiado les repartía un poco cada día, por lo que ellos no tenían que traer el almuerzo o incluso estar sin almorzar o cenar.

Pero el que más ha sufrido por decirlo de una manera dramática, es Alex, quien a estado de un lado a otra comprando los ingredientes que Saint a necesitado para aquellas deliciosas recetas, porque sí, Saint se había dado cuenta que tenía un poco de talento en cocinar.

Pero a pesar de eso Saint no ha podido dejar de pensar en Perth, no ha sabido nada de él en toda esa semana y el apretón en su pecho solo se hacía más pesado, lo tenía sin dormir e histérico, nervioso y con pesadillas, unas más horribles que las otras.

Por lo que a las diez de la noche aun sin poder dormir se encuentra en la sala donde noches antes había visto a Perth borracho y el cabello despeinado, parece un recuerdo tan lejano sin embargo solo habían pasado siete días de eso.

El sonar de un auto rechinando en la entrada lo saca de sus pensamientos, haciendo que se levante del sofá cuando la puerta se abre con un fuerte golpe; para luego ingresar León con Perth en sus brazos con la camisa llena de sangre, Alex entra detrás de ellos con la expresión de sorpresa pintada en sus rostro, y Saint está paralizado, con el dolor en el pecho acrecentándolo.

— ¡Alex llama a Yacht dile que venga lo más pronto posible! — León ordena con un Perth casi desmayado en sus brazos, adentrándose más a la sala donde Saint tiene los ojos llenos de lágrimas — y llama a todos los que están de descanso, el apartamento no puede estar sin guardias... llama a Bran dile que necesitamos a un detective, Ah, Alex, dile a Yacht que necesitará ayuda pero que sea de confianza. — Alex solo afirma acatando la orden.

— Niño ayúdame a llevar a Perth a su habitación. — León llama a Saint, pero este está en shock, sin moverse si quiera con la mirada en Perth quien está cada vez más lleno de sangre.

— ¡NIÑO DESPIERTA!, ¡AYUDAME JODER! — grita León y Saint despierta para correr a su lado, Saint coloca uno de sus brazos en sus hombro ayudando así a León, y ambos se dirigen hacia las escaleras.

— ¿Qué pasó León, Perth se va a morir? — cuestiona Saint al llegar a la habitación de Perth.

— No digas estupideces niño, mi Tigre no va a morir de peores cosas a salido, vamos acomodémoslo en la cama — Saint no dice nada solo afirma y colocan a Perth en la cama haciendo que este se queje un poco — Esperemos que Yacht no se demore.

— ¿Quién es Yacht?

— Es el médico de Perth y nuestro mejor amigo, quédate con él iré hablar con Alex no te muevas de su lado.

—No lo haré.

León sale de la habitación y deja a Saint solo con Perth, teniendo miles de preguntas en su cabeza, niega al ver la camisa llena de sangre y es la misma camisa azul celeste que tenía el día que había salido del departamento, con lágrimas en sus mejillas Saint se dispone a quitársela, abriendo los botones se dio cuenta que tenía dos heridas, una rozándole la costilla y una en el hombro, se dispone a quitar la camisa cuando el gruñido de Perth lo detiene.

— Lo siento sólo quería quitarle la camisa. — se disculpó limpiándose las lágrimas que tenía en sus mejillas. —

— Saint, estas aquí no te has ido.

Eres Mío Pequeño Vol.1 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora