Capítulo 8:

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Solo dure despierta los primeros 30 minutos del viaje, no sabía en que pueblo nos encontrábamos, y como no era un dato muy importante tampoco pregunté. Llegamos sobre las once de la mañana.

______: ¡ Dean, tengo hambreeee!

Tuve la suerte de que Dean pareció leerme la mente porque nada más preguntarselo aparcó el coche en un bar de carretera. Bajé del coche tan rápido que casi me tiro en marcha. ¿ tanta hambre tenía ?. Por lo que se ve sí. Me senté en una de las mesas que estaban al lado de la ventana, un minuto después entraron por la puerta Sam y Dean, buscándome con la mirada, les saludé con la mano para que vieran donde me encontraba y se acercarón. Sam se sentó a mi lado y Dean enfrente mía. La camarera se acercó con una libreta y un boli en la mano y esperó a que la dijesemos que queríamos.

_______: yo quiero dos huevos fritos con bacon. - dije sonríendo como una niña pequeña -

Dean: pediré lo mismo que ella  -dijo mirándome sonríendo igual que yo hace un par de segundos-

Sam: yo un café

La camarera se marchó moviéndo sus caderas tan exageradente que llegué a pensar que se iba a romper. Al rato la camarera se volvió a acercar entregándonos lo que habíamos pedido anteriormente

Dean y yo deborabamos la comida tan rápido que Sam nos miraba atónito.  No pudimos evitar la conversación de los tipos de la mesa que estaba tras Dean.

*****: sí, y al parecer se encontraba con el pecho habierto y sin corazón.

*****: que varbaridad, conocía a ese chico desde que nació...

Cuando terminamos de desayunar nos levantamos y nos acercamos a la mesa que estaba detrás de Dean antes.

Dean: vereís somos agentes del FBI y no hemos podido evitar prestar atención a su conversación de antes.

Sam: sí podrían indicarnos la dirección de sus familiares para interrogarlos.

*****: sí, bueno yo conocía a la madre de Larry

______: ¿ y dónde vivía ?

*****: en la calle Green Tree número 37.

Dean: gracias

Dicho esto salimos del bar y montamos en el coche.

Sam: tenemos un hombre lobo  ¿no?

Dean: sí... - dijo arrancando el coche poniendo rumbo a la casa de la victima.

Un amor sobrenatural ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora