Capítulo 29:

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Son las 23:45, estamos todos en el granero en el que tantos recuerdos he vivido. Mi padre nos hizo un gran círculo de sal en el que entramos todos: mis padres, mi hermano, mi hermana, Sam, Dean y yo. Era la hora de despedirse...

______: ¿papá? -dije con lágrimas corriendo por mis mejillas-

Mi padre: sí mi niña -dijo intentando reprimir sus lágrimas-

______: ¿recuedas esa vez en la que trajé a mi primer novio a casa y tu mandaste a los perros que le persiguieran? -dije intentando sonreir-

Mi padre: sí...

Dijo mientras me daba el abrazo más fuerte que jamás me habían dado.

______: mamá... -dije alzando su barbilla y descubriéndo que estaba llorando en silencio- ¡oooh vamos mamá lo superarás! -no se me ocurrió otra manera de intentar animarla-

Mi madre asintió con la cabeza no muy convencida, bueno sabía que no la acabé de convencer pero debía hacer el intento. La abracé mientrs sentía como sus lágrimas caían sobre mi camisa. Dejé que mi padre la abrazase y pase a mi hermano.

Mi hermano: ______ yo no se que voy ha hacer sin ti, yo...

______: shhh -dije abrazandolo, noté como pasaba su mano varias veces por mi espalda y como besaba mi cabeza y aguantaba sus lágrimas-

Me separé de él mirando a sus ojos, sus preciosos ojos azules iguales que los de mi madre.

______: te echaré de menos -dije abrazandola muy fuerte y dandola besos en la cara-

Mi hermana: y ahora que voy a hacer  -dijo mientras negaba con la cabeza varias veces-

_______: tranquila -la verdad nunca me gustarón las despedidas... Se me dan muy mal-

Me separé de ella y miré a Sam, el cúal tenía las lágrimas al borde de caer. Me puse en frente de él y rodeé su cuello con mis manos, le dí un beso muy intenso, un beso que para mí significaba una muy dificíl despedida. Nos separamos cuando nuestros pulmones ya no podían más. Y miré a sus ojos, estaban rotos y llenos de dolor. Me dolía verle así...

Entonces oímos esos aúllidos. Dean y yo nos miramos, el terror se reflejaba en nuestra mirada.  La puerta se abrió de golpe y un fuerte viento provocó una pequeña fisura en el círculo de sal que mi padre formuló. Ví a esas dos criaturas, con aspecto lobuno y bastante altos. Sentí como nos arrastraban a Dean y a mi, y como me empezó a arañar con sus garras y después comenzó a devorar mis intestinos. No era muy agradable de describir y el dolor que producía tampoco se podía descibrir. Miré hacía mi familia que miraban la escena aterrados y llorando. Miré a Dean que estaba pasando lo mismo que yo. Agarré su mano haciendo que me mirase, después volvía a mirar a mi familia y lo último que ví fue a Cas, que miraba la escena dolido por vernos morir y no poder hacer nada.

Un amor sobrenatural ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora