Prólogo

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Todos los días se me hacen monótonos, rutinarios, aburridos.
No hallo motivo de diversión, mi único "escape" son los libros. Ése mágico mundo que me sumerge a él. Un universo maravilloso que me cuenta infinitas historias, que aunque tengan final, me aventuro a continuar en mi mente.
Pero a veces... Mi mente... Me traiciona. Me trae recuerdos (dolorosos la mayoría) y me nublo, me bloqueo, y es entonces que entra en escena el aburrimiento...
Quizá la muerte de una madre que jamás llegué a conocer, la posterior pérdida de mi padre a una edad en la que apenas y recuerdo su voz con claridad, me hizo tener un temple, una dureza...
Desde siempre, desde que tengo memoria, mi hermana, 10 años mayor que yo, ha sido quien vela por mí.

Me recuerdo a mí mismo llorando en secreto, o intentando agradar a todos...
Ahora veo al antiguo yo...
Tal vez ése niño nunca hubiese imaginado convertirse en el adulto-joven que soy ahora...

Pero "él" no se borra, no quiere irse.
Su recuerdo me abruma, su sonrisa, su carácter. No encuentro paz en ningún lugar. La vida a la que me condenó es ahora mi rutina, pero...
¿A quién engaño?
Verdaderamente, necesito una aventura, necesito encontrar de nuevo el camino que perdí en mí mismo...
Necesito encontrar a Basty...
Necesito ser feliz como lo fui con él...
Lo necesito a él...

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