Lluvia.

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Era de noche, el contraste de los colores de las luces y algunas ventas daban un gran espectáculo. Luego de la muerte de Mauri, decidí huir nuevamente a algún lugar que Claudio no encontrase. No es como si él supiera que estaba con Mauri, y cierto es que jamás pasó algo malo que involucarse a Claudio... Pero no podía depender de la tía Luci, quien no terminaba de darme total confianza realmente. Mauri era quien realmente nos protegía, y sin él con nosotros... No podía permitirme exponer a Yayoi de esa forma. De la casa de bahareque tomé lo que me pareció más importante y lo que más me recordaría a Mauri. De entre sus libros tomé un viejo cuaderno de tapa gruesa, recubierto por un cuero rojo mate, era el libro de Mauri donde todas las noches anotaba lo que había sucedido en el día. Era su diario personal. Antes de salir de la casa, leí la primera hoja del cuaderno. Estaba anexada a la tapa con cinta adeshiva transparente.

"Espíritu libre. Tú dudas, esperas y callas. No son necesarias las palabras. Deja que hable el alma. Nostalgia y aflicción. Destino sellado, ambos llevan el dolor en las entrañas y parirán sufrimiento. Llaves que abren puertas. ¿Sabes? La soledad no es buena. Poco a poco corroe el alma y destruye tu cordura. El destino está trazado de 3 formas: La primera forma es cuando tú mismo lo forjas, pues al nacer tienes la hoja de tu vida en blanco. La segunda es la forzada, la que desde el momento en que naces ya todo está escrito para tí y no puedes cambiar nada por más que lo desees. La tercera y última es la que sólo se vive. La que es una combinación de las dos primeras. En la tercera, tu destino está forjado ya, sin embargo, puedes tomar decisiones que alteran lo que tu hoja vital dicta. Ésta forma peculiar sólo se reserva para las almas viejas, aquellas que han renacido demasiadas veces y que son dueñas de su propia esencia energética, que aparentemente se dejan llevar por el destino en un baile donde en realidad son ellos los que ponen la balada y los pasos, engañando así al azar para hacerle creer que él está manejando todo, cuando únicamente está siendo engañado por un alma vieja y astuta."

Mau una vez me contó la historia de un jefe tribal de un pequeño pueblo precolombino que estaba cerca del mar, y era muy próspero gracias a su mercancía marina. Su joven e inexperto jefe un día caminaba por la playa, cuando escuchó la risa de una niña, levantó su vista y la vió sentada sobre la rama de un árbol. La reprendió por tan peligrosa actividad y la niña huyó ante la amonestación. Días después el jefe vió a la misma niña corriendo en sus aposentos, jugando. Preguntó quién era y ella le dijo que era la hija del escriba personal del jefe. Así fue como primero se hicieron compañeros de juegos, amigos. Pero cuando la niña era ya una mujer hermosa, de cualidades muy adecuadas para la hija de un escribano, sumadas a un carácter muy bien definido, fue separada del jefe, pues ya no podía formar parte del entorno social íntimo del señor de aquellas tierras: Iba a ser dada en matrimonio a un guerrero muy valiente. Enamorado de la joven, el jefe mandó a romper éste compromiso. No obstante, existía su propio compromiso con la hija de un jefe más poderoso, con quien tendría oportunidades de paz y progreso económico para su pueblo de realizarse el compromiso. Al enterarse, el jefe rechazó la mano de la princesa y pregonó su amor por la hija de su escribano, quien a su vez le correspondía. Ante ésta ofensa, el padre de la princesa mandó a sus guerreros para borrar de la historia al pequeño poblado y que llevaran los soldados al jefe y a su amada presos ante el ofendido. Entre gritos y súplicas por piedad, la princesa rechazada degolló a la amada del jefe, éste, loco de dolor, suplicó ser asesinado para poder viajar con su amada al otro lado, es así que, consumado el homicidio de los enamorados, un guerrero del jefe ofendido se conmovió del amor tan puro que ambos se profesaron y los enterró en secreto bajo el telón de sembrar dos árboles de maquilishuat, floreciendo cada año en el día del aniversario de su muerte. 

Mauri escribió un diario para mí. Lo sé porque tenía una carta a mi nombre donde me explicaba que debía seguir las indicaciones que habían en él. He dejado a Yayoi en uno de los conventos donde hace 2 años me dieron refugio, les expliqué la situación y al menos estoy un poco más tranquilo, pues dentro del claustro nadie dirá nada. No sabemos en quién confiar. Claudio tiene conexiones en todos lados: La policía, la política, la gente que tiene un cierto nivel de poder en éste país y que trabajan por lo bajo, que hacen sus tejemanejes en lo oscuro. Solamente puedo confiar en las monjas que conozco. Hecho esto, emprendo mi viaje siguiendo las intrucciones del diario de Mauri. No espero encontrar algo en absoluto, sin embargo, sí tengo curiosidad de saber qué es lo que me ha preparado Mauri, es... Su regalo póstumo para mí... Estoy ansioso por vivir ésta aventura... No entiendo su popósito, pero no importa. Lo que importa esque Mauri pensó en mí a la hora de escribir éste diario y éstas indicaciones. No puedo pedir más: Él pensó en mí para escribir esto... Sólo eso logra que mi corazón sienta paz y rebose de alegría, de locura, de amor...


¡MALDICIÓN! Me perdí... Sin esas hojas faltantes no puedo seguir. Estuve ya en Antigua, donde inicié el viaje que Mau me encomendó, pasé por Capital, Ciudad Vieja, Chimaltenango, Huehuetenango, El Quiché, Alta y Baja Verapaz, directo a Izabal y ahora directo a Petén. Se me están acabando los dos meses del permiso que solicité como turista para poder quedarme aquí y aún no encuentro nada... Únicamente fotografías y cartas que no hacen más que hacer más profundo mi dolor y mis celos hacia Sebastián, pues aunque soy el destinatario de dichas misivas, en ellas Mau no hacía más que hablar de Sebastián, en lugar de tratar temas concernientes a Mau o a mí. Al menos ahora conozco su rostro. Pero ya verá. Cuando lo encuentre por fin... Hago éste viaje únicamente porque quiero dejarle en claro al tal Sebastián que no tuvo derecho a entrometerse en la vida de Mau, aunque no estuve con él, no debió permitirle a un desconocido ser tan cercano... Hace un tiempo supe que Mau correspondía mi amor, entonces ¿Por qué dejar que alguien más sea tan cercano como lo fui yo? No entiendo y eos me frustra aún más... No entender a Mauricio hace que la brecha que nos separó... Sea aún más grande... Hace que mi dolor sea aún más profundo... Y que mi amor sólo se resquebraje cada vez más con cada palabra en la que se centra en Sebastián...

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