Capítulo Dieciocho - FIN

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María analizó esa aparente calma, tal vez iba en son de paz, pero no quería confiarse y permaneció a la defensiva

-Veo que tu embarazo está avanzando – dijo sin quitar la vista del vientre – me alegra que todo vaya bien...

-Gracias – dijo María sin mucha emoción – pero la verdad no creo que esto sea precisamente lo que me querías decir.

-Siempre clara y directa – sonrió – recuerdo perfecto el día que nos conocimos, todos esperaban tu reacción y eso me indicó que eras de armas tomar – María no entendía a dónde se estaba dirigiendo esa conversación, pero comenzó a impacientarse y buscó con la mirada a sus acompañantes – no te preocupes María, esto será breve... la verdad quería darte las gracias – María volvió a observarla – sé que tú indicaste que la demanda en mi contra se detuviera.

-Eso no significa que no puedo comenzarla nuevamente...

-No, tienes razón. Aunque ya no tienes por qué preocuparte, en unos días me iré de la ciudad. Entraré a un retiro y después cambiaré mi residencia – María seguía sin entender – Gerardo y yo reanudamos nuestra relación, no ha sido fácil, pero él ha sido muy paciente conmigo... después de perder a nuestro hijo creí que me volvería loca...

-Ana Rosa...

-Perdón, ya sé que todo esto no te incumbe. Hace días quería ir a decirte todo esto a la empresa, pero tengo prohibida la entrada – María quiso hablar y ella se lo impidió – no es un reclamo, entiendo perfectamente las razones por las que no soy bienvenida. Lo que te hicimos fue horrible, y no me refiero al robó de materiales... Enrique y yo intentamos separarlos de mil maneras, me avergüenza decirlo – bajó la mirada y prosiguió – pero los dos teníamos claro que era una batalla perdida... lamento mucho lo que te hizo, y te juro que no estuve involucrada, días antes nos habíamos visto y después de pelear cortó toda relación conmigo.

-Eso está en el pasado – un escalofrió le recorrió el cuerpo al recordar – disculpa Ana Rosa, tengo que irme – comenzó a caminar y su voz la detuvo.

-Perdón María... de verdad lo siento. Sé que lo sabes, y que en el fondo nunca dudaste, pero quiero reiterarte que Esteban jamás dejó de quererte, muchas veces lo vi mirar una foto tuya que guarda en la cartera... me aferré a lo que significaba ser su esposa, a la vida despreocupada que llevaría, y cuando te conocí, me aferré a quitártelo – sonrió con nostalgia – pero él simplemente no me miraba, todo se desvanecía al tratarse de ti – tomó nuevamente su carrito y comenzó a avanzar - adiós María, otra vez gracias y perdón.

Sin poder evitarlo permaneció pensativa y sin moverse de lugar. Los recuerdos de Enrique se le agolpaban en la mente y comenzó a sudar frío. Probablemente Ana Rosa no había tenido como intención causarle esa reacción, pero ahora sus palabras la tenían inquieta... ¿Qué hubiera pasado si Enrique hubiera llevado a cabo sus planes?

-¡Tienes una suerte envidiable! – Camila llegó y depositó cosas en el carrito – usé mis encantos para convencer a un guapo trabajador de la tienda para que buscara en el almacén tus adornos – María solo asentía con la cabeza - ¿pasa algo? Estás pálida...

-Creo que estoy cansada, solo eso – dijo sin ánimos - ¿encontraron lo necesario para la fiesta?

-Sí, creo que las demás están por pagar... ¿de verdad solo es cansancio? No me mientas María Sanromán o soy capaz de...

-De nada, no eres capaz de nada – sonrió un poco para tranquilizar a su amiga – ya vámonos, aún faltan cosas por organizar y lo único que quiero es llegar a la casa para dormir un rato.

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2020 ⏰

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