D I E Z

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- ¿También tienes la enfermedad borrosa?

Laia levantó la mirada de lo que estaba haciendo, buscando a la persona que le había hablado. Chrome estaba a su derecha, picando el suelo de granito. Había sido el quien los llevó hacia ese lugar, al recordar que allí había encontrado una extraña Roca transparente.

- Sí, se llama miopía. Puedo ver más o menos bien cosas que tengo cerca, pero las que están muy lejos las veo completamente borrosas.

- ¡Oh, ya veo! Entonces puedes verme a mí, ¿o no?- preguntó el chico. Estaba a menos de un metro de ella, por lo que podía ver su rostro casi con claridad.

Laia afirmó con la cabeza, mientras continuaba con la recolección de arena.

- ¿Y no puedes ver a Senku y Kohaku? Están detrás de ti.

La chica volteó y apenas distinguió a sus amigos. Podía ver la silueta de Senku y la de Kohaku, parecían estar charlando.

- Pues, creo que están hablando. Pero casi no los distingo.

- Se ven muy animados, hasta están riendo. ¿En serio no lo ves?

Laia entrecerró los ojos, tratando de ver algo más, pero no lo logró. Aunque agradecía no poder hacerlo, no quería tener grabada en su retina la imagen de Senku llevándose demasiado bien con otra chica. Podría sonar exagerado, pero había estado bastante tiempo tratando de que él se fijara en ella como para que alguien borrara de un sólo golpe todo lo que había avanzado. Aunque si eso ocurría, no intervendría. Después de todo, él era quien debía elegir con quien estar.

- Dime Chrome, ¿cómo se conocieron?

- ¿Te gusta Senku?

Laia se quedó estática y en silencio mientras sus mejillas se pintaban de rosado, observando al castaño, que le dedicaba una sonrisa llena de picardía.

- Entonces la respuesta es sí.

- ¿Es tan obvio?

- Demasiado. He visto como lo miras cuando trabaja, así- Chrome apoyó su cabeza sobre una mano, mientras fijaba su vista en Senku, imitando a Laia.- ¿Él lo sabe?

- Se lo dije, pero no es como si le diera mucha atención a ese tipo de cosas.

- Era de esperarse, es difícil imaginar a Senku interesándose...- Chrome se paró en medio de la oración para concentrarse en algo que estaba extrayendo de la tierra.- ¡Aquí está! ¡Cuando era pequeño encontré esto aquí!- añadió el castaño, gritando a todo pulmón a la vez que agitaba en el aire una roca transparente.

Senku se acercó a ellos rápidamente, para observar mejor aquel mineral.

- Este es un afloramiento. Todos los materiales de esta zona son los que se necesitan para la fabricación del vidrio. ¡La arena silicea!

***

Senku observaba el vidrio solidificándose en el molde de plomo que habia hecho específicamente para darle forma a los lentes de Suika. Su rostro enrojecido y sudado era la prueba evidente del duro y arduo trabajo que realizaba día a día para modernizar al mundo de nuevo. Laia lo miraba desde lejos, ella estaba esperando su turno para entrenar con Kohaku, Kinrou y Ginrou.

- Necesitamos ganar el torneo, por eso debemos entrenar. Concéntrate.

La serena y gruesa voz de Kinro la sacó de su ensimismamiento. El chico de cabello castaño era mucho más alto que ella, era esbelto y parecía muy atlético. Según había escuchado, él era una persona que obedecía las reglas al pie de la letra, haciendo algunas pequeñas excepciones una que otra vez.

Mundo de Piedra - Dr StoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora