T R E C E

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Las cuatro siluetas de los exploradores del Reino científico tardaron un par de horas en aparecer por entre la espesa y brillante vegetación que cubría los alrededores. Senku encabezaba al intrépido grupo, seguido por Kohaku y Chrome, quienes escoltaban a un temeroso Ginrou. Laia se fijó especialmente en éste último y en como tenía la mirada perdida, con su pálido semblante reflejando un profundo terror, lo que le recordó a un personaje de película de horror luego de haber visto un fantasma. El chico sostenía débilmente en su mano la lanza con punta de plata, cuyo brillo se había opacado completamente, siendo reemplazado por un color más oscuro, casi negro.

- A juzgar por sus caras, me voy a dar el lujo de suponer que no les fue bien.- exclamó Laia en un tono tosco y hostil.

- Estás en lo correcto.- respondió Senku.

- ¿Planeas decirme porqué decidiste dejarme aquí?

- Hablemos de eso más tarde, ahora necesito pensar en algo.

- ¿En cómo conseguir el ácido sulfúrico sin morir en el intento? Realmente necesitas pensar mucho en eso.

Senku la miró, perplejo. No esperaba que se diera cuenta tan pronto del objetivo de la misión, a cuyos terribles peligros se habían expuesto.

- ¿Así que no podremos hacer la medicina sin ese ácido sulfúrico o cómo se llame?- preguntó Chrome, su voz temblaba un poco y parecía estar realmente preocupado.

- Sip, es imposible.- le respondió Senku.- Si no conseguimos el ácido sulfúrico, la química se quedará en un callejón sin salida.

- Entonces no hay de otra, debemos intentar pasar la zona y conseguir un poco.- exclamó Kohaku firmemente, sin una pizca de duda o miedo en su voz, mientras se encaminaba nuevamente hacia el lugar del que acababan de regresar.- ¡Si es por salvar a mi hermana, apostaré mi vida las veces que sea necesario!

Un tirón en su muñeca la obligó a detenerse en seco.

- ¿Eres idiota? Ni siquiera con tu velocidad podrías hacerlo. Terminarías muerta en cuestión de segundos.- sentenció Laia con severidad.- No tengo hermanos, pero aún así entiendo que quieras sacrificarte por ella, pero si haces eso entonces morirías en vano.

- Tienes una hermana. Que no la consideres como tal no significa que no exista.- exclamó Senku.

- Púdrete.- le respondió Laia, furiosa ante el comentario (desubicado, según ella) de su amigo. Esa era una parte de su vida que consideraba algo desagradable, tanto que no le gustaba recordarla, aunque después de todo, Senku había terminado enterándose de ella. Aún así, él era el único que la conocía.

Luego, se alejó en dirección al laboratorio.

***

Cuando cayó la noche, Laia había decidido restarle importancia al innecesario comentario que Senku había hecho sobre su familia. Estaba en el laboratorio, recostada a un lado de la mesa mirando fijamente el techo, usando un manto de piel para mantenerse en calor, cuando escucho unos pasos cerca de ella. No necesitaba ser adivina para saber de quien se trataba.

- Dime,  ¿qué demonios estás pensando hacer? Ir a una zona de gases tóxicos siendo el más inteligente aquí no es muy racional. Yo podría ir en tu lugar.

El chico se sentó a su lado, mirándola con seriedad.

- Veo que ya no estás molesta. Y respondiendo a tu pregunta, es realmente peligroso ir, y lo sabes. Si algo me pasa, necesito que tú te quedes aquí para hacerte cargo...

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⏰ Última actualización: Aug 15, 2020 ⏰

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