Acónito

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La barra de progreso estaba a punto de completarse. Mi corazón casi no palpitaba, mi sangre se había congelado en mis venas y estaba rogando que no aparezca un error de nuevo.
Moría de hambre y frío y a pesar de eso no tenía permitido consumir nada o dejar mi puesto hasta obtener resultados, órdenes del salvador.
Solo faltaba tres por ciento, dos, uno... Se completó con éxito.
-¡Lo logré! ¡¡Solo falta una capa de seguridad!!- mi felicidad rápidamente se convirtió en desesperación al ver que día era hoy.
Viernes, hoy era viernes. Tardé tanto en entrar al sistema que perdí la noción del tiempo. Falta una semana para que cambie el algoritmo, en otras palabras, tenemos una semana para acceder completamente, crear el perfil e infiltrar a Emilia. Es una carrera contra el tiempo y si fallo voy a arruinar absolutamente todo en lo que trabajamos estos últimos meses. A demás mañana es el concierto al que Emilia me invitó, debo pedirle mañana sin falta que participe de esta misión.
Comencé a escribir el reporte para el salvador al igual que la propuesta para elegir a Emilia debido a las restricciones de tiempo.
Al terminar me levanté del escritorio e inmediatamente caí de rodillas al suelo, estaba muy débil y me había bajado la presión de repente. Me quedé en el suelo un momento y luego me incorporé poco a poco caminado hacia la puerta apoyándome en la pared para no perder el equilibrio de nuevo. Definitivamente necesitaba comer algo.
Antes de dejar el reporte me dirigí a la cocina para preparar algo rápido. Terminé por hacer un pequeño bol de vegetales y arroz para recuperar energía y comí apoyado en una de las chimeneas.
Una vez terminé de comer me dirigí a la sala donde se encontraba el Salvador. Esta habitación era similar a una sala del trono, la decoración combinaba tonos rojos, turquesa y detalles dorados.
-Con permiso, mi Salvador- está vez no había nadie más en la habitación- Vengo a entregar el informe, solo falta una capa de seguridad para tener completo acceso al sistema- me acerqué caminado por la alfombra roja a entregárselo.

-Muy bien Ray- leyó rápidamente las hojas y levantó la mirada- ¿exactamente quién es Emilia?

-Eh... Es una persona que conocí en un vivero, es amigable y creo que podría ser una buena candidata para infiltrarse en la RFA- una pequeña sonrisa se formó en mis labios al recordarla.

-No hay demasiado tiempo- suspiró- mientras que no lo arruines y hables de más te permito que la elijas.

-Muchas gracias, mi Salvador- no podía ocultar mi felicidad. Todo va a salir tan bien, no puedo esperar.

-Si eso es todo... - una pequeña pausa me permitió hacer una pregunta.

-Tengo una pregunta... ¿Puedo ir mañana a la ciudad para darle la noticia a Emilia y los detalles del plan?

-Teniendo en cuenta lo duro que has trabajado los últimos días y los resultados, te permito ir, pero tienes que tardar lo menos posible para continuar con tus obligaciones.

-Entiendo mi Salvador- luego de una pequeña reverencia me despedí- Por el paraíso eterno.

-Por el paraíso eterno.

La puerta se cerró detrás de mí y tomé mi celular a la velocidad de la luz para llamar a quien tenía agenda como Camelia. Al acercarme a uno de los ventanales para tener mejor señal pude notar que ya era de noche.

-Hola, soy Ray- dije con una sonrisa en el rostro mientras veía el paisaje- Es una noche hermosa ¿qué hacías?

-Estaba practicando la melodía que mi amigo va a tocar, al final yo también voy a participar en la presentación- este día se está volviendo cada vez mejor.

-Podre escucharte tocar, me emociona tanto... creo que mi corazón se va a salir de mi pecho- mi comentario causó que ría de la manera más linda que jamás tuve la suerte de oír- Por alguna razón al escuchar tu voz me siento mucho más relajado- dejé salir un pequeño suspiro- ...te extraño demasiado.

Four Seasons/ Mystic Messenger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora